Tras el gran éxito de “Filosofía en la calle”, el filósofo Eduardo Infante regresa al panorama editorial con “No me tapes el sol. Cómo ser un cínico de los buenos” (Ariel), obra provocadora y removedora de conciencias en la que rescata las tesis de la escuela filosófica fundada por los discípulos de Sócrates que invitaba a recuperar la razón frente a la conducta gregaria; atreverse a pensar por uno mismo; tener voluntad propia y superar la domesticación. La palabra cínico significa perro en griego clásico. Los cínicos, como corriente filosófica, son los que buscan vivir bien

Infante, profesor en el Instituto San Eutiquio-La Salle de Gijón y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, presenta esta tarde a las 19.00 horas el libro en un acto presencial en el Club Prensa Asturiana, en un diálogo con el periodista Víctor Guillot. “No me tapes el sol” busca actualizar la filosofía cínica como salvavidas para subsistir con libertad, cordura y dignidad en un mundo pospandemia que parece navegar a la deriva, según señala el autor.

Portada del libro.

Portada del libro. Lne

“El idioma alemán evita la confusión con la palabra cínico acuñando dos voces distintas: para la corriente filosófica antigua emplea el término “kynismus”, mientras que para la actitud insensible, despiadada e inhumana usa “zynismus”, explica Infante. El filósofo, nacido en Huelva y gijonés de adopción, asegura que nuestra época es muy parecida a aquella en la que floreció el cinismo: de crisis y de hastío existencial, de perdida de la normalidad, de incertidumbre. Los cínicos enseñaron a vivir sensata, libre y dignamente en ese mundo. “El cinismo nos invita a retomar la pregunta socrática: ¿Cuál es la vida buena? ¿La vida auténticamente humana? ¿Lo bueno para el hombre en tanto que hombre? Tenemos desnortado el sentido de lo bueno y lo malo”, recalca Infante.  “Los cínicos diferencian entre “lo bueno”, “lo malo” y “lo indiferente”. No son buenos ni el poder, ni la fama, ni los bienes materiales. “Confundimos los bienes exteriores con los interiores. Tener un buen coche no me hace un buen hombre. Identificarse con un coche es tan absurdo como identificarse con una lavadora”, añade Infante.

 

¿Por qué tanto ensañamiento con el cinismo? Porque el cínico cometió el terrible pecado de señalar al idealismo con el dedo y gritar: “¡El rey va desnudo!”. Desde entonces, los maestros de la filosofía los ignoran, los silencian, los tergiversan, los caricaturizan o directamente los descalifican para que su mensaje quede oculto. Platón defendió la existencia de un modelo eterno, perfecto e inmaterial de hombre al que debemos someternos. Pero Diógenes se ríe de esta teoría y busca por las calles de Atenas, con una linterna en pleno día, ese hombre ideal. Platón define al ser humano como “un animal de dos pies y sin plumas”, y los académicos que lo escuchan admiran su sabiduría. Mientras tanto Diógenes sale a la calle, toma un gallo, le quita las plumas, lo tira al suelo de la elitista escuela y le dice a Platón: “Aquí tienes a tu hombre”. Este se niega a debatir con Diógenes y lo trata siempre de loco. A partir de ese momento, los idealistas siguen la actitud del maestro.

El aforo del Club está limitado a 50 personas. La entrada es libre. En todo momento se aplicará un estricto protocolo de seguridad anti-covid.