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La Consejera de Cultura admite que se equivocó al confiar en el presidente de la Fundación Selgas

El Principado sabe que hay obras cedidas fuera de Asturias pero desconoce cuáles son y afirma que la propiedad le niega el inventario

La consejera de Cultura, Berta Piñán, en la Junta General del Principado

La Consejera de Cultura, Berta Piñán, reconoció esta mañana, ante la Junta General del Principado que se equivocó al delegar su voto en el presidente de la Fundación Selgas-Fagalde, Gregorio Peña Varona, en la junta del patronato que autorizó la venta del Goya y el Greco de su colección de arte. “No tenía que delegar mi voto al presidente de la Fundación, presidente que por cierto no conocía de nada en ese momento y cuya honestidad presupuse”, admitió la Consejera. Tras conocer lo acordado en la reunión, la Consejera asegura que le manifestó su desacuerdo, telefónicamente y por escrito. ""Sabemos que varias obras de la colección Selgas-Fagalde no se encuentran en Asturias en la actualidad porque fueron objeto de cesiones a través de convenios de colaboración como el que se hizo el 26 de septiembre de 2011 entre el Museo Nacional del Prado y la Fundación, para el depósito de la obra ‘Aníbal vencedor’, pero más allá de esa información, que fue pública, no se tiene una lista inventarial o de catalogación de la colección artística”, reconoció la Consejera.

Bertan Piñán justificó su ausencia en la reunión del patronato que aprobó la venta de las dos obras de la Fundación Selgas-Fagalde por la urgencia de una reunión a la que fueron convocados los miembros del Gobierno asturiano para la gestión del covid, el 16 de noviembre de 2020, “uno de los momentos más crudos y duros de la pandemia”.

Beta Piñán defendió su actuación respecto a la Fundación Selgas-Fagalde. “Como patrona hice tal y como tenía que hacer, por responsabilidad y cumplimiento de los deberes de diligencia y lealtad. Hice las consultas y manifestaciones oportunas al presidente de la Fundación, y por escrito”, indicó. Como Consejera del Gobierno asturiano, añadió, hizo “lo propio, adoptando las acciones necesarias para, según nuestra Ley de Patrimonio, estudiar la posible declaración de esta colección como Bien de Interés Cultural, protección que no quita que se vendan los bienes pero si su salida de España o su enajenamiento sin comunicarlo antes al Gobierno de Asturias, que puede así ejercitar su derecho de tanteo o retracto”.

“No es una situación deseable, pero la Consejería de Cultura ha estudiado los pasos que había que seguir para proteger en todo momento el patrimonio artístico de la Fundación Selgas”, declaró.

Piñán aseguró “compartir” la preocupación del grupo parlamentario de Foro, que fue quien solicitó su interpelación, esta mañana en la Junta General del Principado, por el destino de la colección de arte de la Fundación Selgas-Fagalde, una fundación privada, recordó, constituida en octubre de 1991, por iniciativa de las hermanas Carmen y Manuela Fagalde, inscrita en el Registro de Fundaciones del Ministerio de Justicia y con domicilio en Madrid.

Reseñó que la Fundación Selgas gestiona uno de los principales espacios de arquitectura residencial, del siglo XIX, que hay en Asturias, un palacete, con varias edificaciones adyacentes y “un jardín histórico excepcional”, todo en el Pito, en Cudillero, y conformado “un sitio histórico de gran interés cultural”.

El jardín, desde 2016, forma parte del Inventario de Patrimonio Cultural de Asturias, con la categoría de “jardín histórico” y el edificio principal, la Quinta, se incorporó a ese registro, que le confiere cierto nivel de protección, en 2018.

“Uno de los valores fundamentales de la conocida como la Quinta Selgas es la colección artística que guarda, relacionada íntimamente con la labor de patrocinio y coleccionismo patrimonial hecho por la familia Selgas a lo largo de los años”, señaló la Consejera, destacando la aportación de Fortunato de Selgas. “Una colección”, agregó, “que no está expresamente protegida hasta la fecha”. En la Consejería de Cultura, indicó, “no consta ni la lista de obras integrantes ni información precisa de su estado de mantenimiento ni su emplazamiento”.

Desde que se tuvo conocimiento de la intención de la Fundación de vender obras de la colección, la Dirección General de Cultura y Patrimonio empezó en enero de este año “un proceso de valoración de la colección” y requirió información y el inventario de la colección, con datos sobre el emplazamiento y el estado de conservación de cada obra, al presidente de la Fundación Selgas-Fagalde, Gregorio Peña Varona, para determinar el tipo de protección más adecuado. La Fundación no ha aportado la información que le ha requerido el Principado, alegando, según indicó Piñán, que “las piezas que configuran el inventario de la Fundación no se corresponden con una colección ordenada, y si con los cuadros y obras de arte que los fundadores de la entidad tenían en varios inmuebles en Madrid y Játiva, alegando además que de las piezas propiedad de la Fundación solo una, ‘El cancel del Rey Silo’, se adquirió en Asturias y no refieren ningún hecho que tenga que ver con la historia y la cultura de Asturias”. Los hermanos Selgas, argumenta también Gregorio Peña para no entregar el inventario a la Consejería, según Piñán, adquirieron toda la colección fuera de Asturias y no tenían residencia en el Principado cuando lo hicieron.

“Los servicios jurídicos del Principado están valorando la situación desde un convencimiento previo de que la colección Selgas-Fagalde sí tiene una relación íntima con Asturias y su historia, dada la relación indiscutible, sobremanera Fortunato de Selgas, tuvo con nuestra comunidad y nuestro patrimonio cultural”, informó la Consejera, y determinarán que medidas adoptar en caso de que el Presidente de la fundación persista en su negativa en proporcionar la información que se le pide. El palacio del Pito, subrayó, se proyectó en 1883 como un auténtico contenedor de obra de arte compradas expresamente para él, lo que vincula la colección directamente con Asturias y concretamente con Cudillero.

Aunque los bienes muebles pueden declararse bienes de interés cultural dentro del conjunto, los elementos unitarios que lo componen se tienen que catalogar especificando todos los datos necesarios para su reconocimiento individual, explicó la Consejera.

Adrián Pumares, el portavoz de Foro, instó al Principado a “iniciar los trámites para declarar Bien de Interés Cultural la Quinta, la iglesia y todo el contenido de la colección artística: ya hemos perdido un cuadro de Goya y no se sabe en qué situación está un cuadro del Greco”.

El secretario de Foro recordó los fines estatutarios de la Fundación Selgas-Fagalde, empezando por “el perfecto mantenimiento de la iglesia de Jesús Nazareno, cripta, instalaciones y anexos, y del conjunto de la Quinta con todas sus edificaciones, mobiliario, colecciones artísticas y bibliográficas, con particular atención a los jardines”, a lo que se añade que deben “en todo caso, mantenerse unidos sin permitir la dispersión de ninguna de sus piezas y elementos”. El portavoz de Foro se preguntó si los patronos públicos de la Fundación -Consejería de Cultura, Ayuntamiento de Cudillero, Universidad y Arzobispado de Oviedo- conocen los estatutos y saben que se están incumpliendo flagrantemente. “El Gobierno del Principado de Asturias no puede permanecer ni un minuto más como convidado de piedra”, indicó, refiriéndose a la Fundación Selgas-Fagalde como a una entidad “carente de transparencia y que se caracteriza por una opacidad intolerable”.

La consejera Berta Piñán no respondió a las preguntas del diputado de Foro sobre cuándo supo de la venta del Goya y si ya estaba al tanto cuando compareció en la Junta General del Principado el pasado 9 de febrero, cuando compareció en la Cámara para informar sobre el intento de exportación de la Inmaculada del Greco, también de la Fundación Selgas-Fagalde, sin hacer mención alguna a la operación del Goya.

Pumares insistió en que la responsabilidad de la Consejera de Cultura, como representante de los asturianos en el patronato de la fundación Selgas-Fagalde, es “oponerse con contundencia a la dispersión y la venta de nuestro patrimonio cultural, cumplir con los estatutos y no delegar el voto de todos los asturianos en el presidente de la Fundación, el señor Peña Varona, que no muestra gran compromiso con el patrimonio asturiano y con el Principado de Asturias”.

“Las Administraciones públicas con representación en la Fundación Selgas-Fagalde tienen la obligación de levantar la voz y denunciar el oscurantismo y la opacidad de una organización que está empeñada en despreciar nuestro patrimonio cultural”, afirmó.

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