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Los Gates desconectan su matrimonio

El divorcio de una de las parejas más influyentes del mundo tras 27 años casados abre incógnitas sobre su multimillonaria Fundación

Melinda y Bill Gates, en una imagen de 2015. | Reuters

Bill y Melinda Gates, una de las parejas más influyentes del mundo, tanto por su perfil empresarial como filantrópico, han decidido separar sus vidas, lo que abre incógnitas sobre cómo gestionarán su patrimonio y sus actividades, de las que se han beneficiado millones de personas en el mundo.

“Continuaremos compartiendo nuestra creencia en esa misión y seguiremos trabajando juntos en la Fundación, pero consideramos que no podemos crecer como pareja en la próxima fase de nuestras vidas”, explicaron ambos en un comunicado en Twitter.

Sin embargo, no han ofrecido más detalles sobre cómo gestionarán la multimillonaria Bill y Melinda Gates Foundation, con unos fondos de unos 50.000 millones de dólares y creada en el año 2000 por la pareja para promover una “vida sana y productiva” a nivel global.

Precisamente, el fundador de Microsoft, que ha estado casado con Melinda 27 años y tienen tres hijos, renunció el pasado año a su cargo en la compañía informática que fundó en 1975 con Paul Allen para dedicarse a las actividades benéficas por completo.

Nacido en 1955 en Seattle y formado en Harvard, con su empresa Microsoft Gates desarrolló en 1985 el sistema operativo Windows. Su actividad empresarial le ha servido para convertirse en uno de los hombres más ricos del mundo. La revista “Forbes” cifró su fortuna en 123.800 millones de dólares. Melinda French nació en Texas en 1964 y su actividad profesional como informática y administradora de empresas ha estado ligada a la compañía de su marido.

Ambos han recibido numerosos y prestigiosos premios por su labor filantrópica, como el “Príncipe de Asturias” o la Legión de Honor en Francia, especialmente por su trabajo a través de la iniciativa GAVI, una alianza entre los sectores público y privado que tiene como objetivo mejorar el acceso a la vacunación en el mundo.

Precisamente, la implicación de Gates en programas sanitarios, especialmente en países pobres, le ha acarreado numerosas críticas de colectivos negacionistas. También han levantando controversia por ser férreos defensores de los derechos de propiedad intelectual de las empresas privadas, algo que cobra especial actualidad en la pandemia, cuando muchos gobiernos presionan para tener acceso libre a las vacunas anticovid. Hay quien piensa que Melinda Gates pueda querer crear su propia fundación.

Para “The New York Times”, el divorcio suscita nuevas preguntas sobre el destino de la fortuna de Gates, gran parte de la cual aún no ha sido donada a la Fundación tal y como el filántropo prometió.

Un premio “Príncipe” por contribuir a la salud global

Bill Gates, durante su conferencia en Oviedo. | LNE

Bill y Melinda Gates ganaron el premio “Príncipe de Asturias” de Cooperación Internacional en 2006 como promotores de la Fundación que lleva su nombre, “que contribuye a la salud global de la humanidad, dedicando considerables recursos personales de sus fundadores, especialmente en el continente africano, y aportando fondos indispensables con el objetivo de erradicar enfermedades como la malaria, el sida y otras que causan aún la muerte de millones de personas al año”. A entrega del galardón en octubre solo acudió William H. Gates, padre del empresario, que dio una conferencia un mes después en Oviedo. Gates invitó a los gobiernos para que “acometiesen” el gran reto de llevar a la práctica el principio de que “toda vida humana tiene el mismo valor”.

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