La relación entre la naturaleza del ser humano y este tsunami tecnológico que nos inunda pasa porque la educación en las aulas universitarias sea integral, técnica, humanística, holística y centrada en los valores que nos distinguen de las inteligencias que nosotros mismos construimos. Una educación que aboga por la puesta en valor de una tecnología que ha venido a quedarse, pero sin olvidar la naturaleza de ser humano. Para Alfonso Bullón de Mendoza, historiador y presidente de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP): “la Universidad debe formar técnicos, pero también personas. Por eso, los contenidos humanísticos son fundamentales. Además, la Universidad debe aportar investigación, y esa es la gran diferenciación.”

En este paradigma, la Universidad CEU San Pablo sabe exactamente qué lugar ocupan las tecnologías: “Al principio del confinamiento lo fueron todo. Los medios técnicos pudieron brillar en todo su esplendor, pero hoy es la normalidad. Todos asisten a clase: algunos en semanas alternativas, pero los alumnos que no asisten a clase pueden hacerlo gracias a la filmación de tres cámaras. Ahora, técnicamente se puede invitar a un superespecialista o a un profesional y el alumno que está enfermo puede seguirlo igualmente.” 

Instalaciones CEU

Formar personas

Alfonso Bullón de Mendoza destaca que desde el punto de vista cuantificable en todas las titulaciones de grado hay 18 créditos para garantizar la educación en materias como la antropología o doctrina social de la Iglesia… Aunque cada asignatura incluye conocimientos al respecto. La formación humanística es transversal para todas las carreras. Sin embargo, hay un reto fundamental, y es el de seguir siendo universitarios. “Las tecnologías cambian y hay que estar en la punta de todo. Por eso necesitamos un tiempo de reflexión. La universidad es una gran aventura intelectual y debemos evaluar qué conocimientos se transmiten y cómo lo deben hacer. Desde el punto de vista intelectual es un intento de actualizarse aprovechando los avances y seguir siendo universidad como lugar de encuentro y de reflexión.”, apunta.

La mayor señal de éxito es que cuando me encuentro con antiguos alumnos, éstos se sienten muy afortunados de haber estudiado con nosotros”

Alfonso Bullón de Mendoza - Historiador y presidente de la Asociación Católica de Propagandistas

Decía Fray Luis de León, seguramente no sin cierta vehemencia, que “los pastores serán brutales mientras las ovejas sean estúpidas”. Por eso, dejar en manos del mero arbitrio la formación de las generaciones venideras es tan poco responsable como poco inteligente. Por eso, hay aspectos que el Ceu cuida desde el principio, para que el desarrollo personal de los alumnos esté completo. “Ceu San Pablo aporta unos mentores que invitan a los alumnos a reflexionar sobre cómo se ven ellos el día de mañana, cómo hacer un currículum, cómo trabajar en equipo o a cómo tener un pensamiento crítico para desenvolverse en el mundo empresarial que la sociedad nos demanda: personas que sean capaces de liderar el cambio, de comprometerse con la mejora de nuestro mundo. Se trata de dotarles de herramientas para enfrentarse a lo que les depara el futuro.”, añade Alfonso Bullón de Mendoza.

Y es que Ser Universidad es ser una comunidad internacional, en el sentido de universalidad, que es inherente al origen de la 'universitas'. Una Universidad lo es porque reúne una globalidad de saberes, la transversalidad y la multiculturalidad son parte esencial de ella. No hay Universidad sin intercambio intelectual, sin cooperación internacional.