La Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) ha reservado para el Concierto de les Lletres Asturianes, está tarde en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, a las 19.00 horas, el estreno de “Bricial”, una obra que encargó al compositor venezolano Guillermo Martínez, afincado en Oviedo desde niño, para conmemorar su 30.º aniversario. El músico la ha concebido como un “homenaje a la cultura asturiana”, “un monumento musical”, inspirado en el más pequeño de los tres lagos que hay en Covadonga, un lago estacional, fantasma”. Para él está cargado de “fuerza y simbolismo”, y le trae recuerdos de la infancia, de cuando cantaba en la Escolanía.

Guillermo Martínez sintió, de algún modo, que aquel accidente geográfico, al que nunca nadie había dedicado un poema, una narración o una canción –al menos él no ha dado con ellos– estaba “rebosante de contenido estético y místico” y parecía estar esperando a que él llegara a ponerle su música. “Es genial que nos acerquemos a esa imagen idílica de lo asturiano a través de él”, afirma.

El encargo de la OSPA, para cuya ejecución recibió “libertad absoluta”, está inspirado en el lago y en su vega. Es un poema sinfónico, dividido en seis escenas musicales o movimientos, “que se distinguen por el cambio de carácter, no porque haya una partición” entre ellos. La obra tiene una duración de 33 minutos, está escrita para gran orquesta y no está basada en temas populares. “Es música pura”, afirma su autor, “un ejercicio libre de inspiración ante un elemento bello”, dice.

Para Guillermo Martínez, que ya tiene una notable carrera como compositor, “Bricial” es el primer encargo que resuelve para la OSPA. “Es un hito en mi carrera”, afirma. Está satisfecho con el resultado, “muy contento, porque cada nueva obra es una nueva oportunidad para crecer, llevar tu música y tu estética más allá”.

El compositor reconoce estar especialmente emocionado. “Celebrar esta festividad para toda la asturianía y estrenar junto a quien ha sido mi maestro me toca el corazón y es muy inspirador”, afirma. Ese maestro del que habla es Leoncio Diéguez, autor de las otras dos obras que figuran en el programa del Concierto de les Lletres Asturianes, “Rapsodia asturiana” y “Don Quijote y la batalla de los rebaños, poema sinfónico”, que le pondrá fin.

Guillermo Martínez escribió “Bricial”, revela, “pensando en el maestro con el que he de compartir programa”. También cargado de sentimiento, “porque venimos de este periodo de confinamiento” y porque lo ha escrito en memoria de Antón García Abril y su esposa, que escribieron juntos, dice, “una página fundamental, extraordinaria, sobresaliente de la música española”. “Nunca estaremos suficientemente agradecidos de que hayan formado parte de la vida musical asturiana”, afirma.

La de Guillermo Martínez es “una obra clásica, emocional, que busca llegar al corazón”. Las de Leoncio Diéguez son distintas. La primera, “Rapsodia asturiana”, está basada en temas del folclore asturiano, sacados del cancionero de Martínez Torner. La estrenó hace unos años, en 2018, y ahora vuelve con “más músicas, preludios y antepreludios” y con una dedicatoria especial al fallecido Félix Ferreiro Currás, académico de la Llingua, autor de su “'Diccionariu básicu” y “gran defensor del asturiano”, apostilla Diéguez. Su otra obra, la que cerrará el concierto, que estará dirigido por Rubén Díez, está inspirada en el capítulo 18 del Quijote, y está escrita con un lenguaje musical de vanguardia.

“Es un orgullo que los dos, Guillermo y yo, podamos participar en este concierto”, se sincera Diéguez.