La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Hoy es siempre todavía Luis Delgado Empresario de videojuegos

“Soy del Spectrum, pero el videojuego no es cosa de cuatro chavales y necesita séniors”

“El Principado no quería hablar de emigración y los 7.000 socios de Asturianos en Madrid éramos movilidad profesional”

Luis Delgado, junto al mural a la entrada del Instituto Doctor Fleming de Oviedo. | IRMA COLLÍN

Luis Delgado (Oviedo, 1971) es CEO de Liquid Games, pequeña empresa de videojuegos para móviles con siete empleados –tres en Barcelona, cuatro en Asturias– y 5 años de trayectoria.

–La pandemia le ha venido bien al sector del videojuego porque se ha consumido más contenido digital, aunque ya venía creciendo, pero desde la pequeña empresa también se sufre el golpe y es difícil.

–¿De qué forma?

–La comercialización depende de acuerdos con empresas que la incertidumbre retrasó y la inversión en juegos concretos se paró. El sector es ágil y se está recuperando muy rápido. Por el retraso que llevamos en España la crisis afecta a la microempresa más que en Francia, EE UU o Inglaterra.

–¿Qué perfiles profesionales hay en su empresa?

–El diseño y el metajuego lo hacen en Barcelona. Aquí llevamos la programación y me encargo de marketing y desarrollo de negocio.

Mediano de los tres hijos de un ingeniero de la Confederación Hidrográfica del Noroeste y de una profesora, Delgado estudió en el colegio La Gesta y el Instituto Aramo. Terminó Económicas en 1989 y empezó Informática, de la que le quedan tres asignaturas.

–Usted tuvo grupo de música.

–“Los Monsters” desde los 18 años. La etapa de la Universidad fue muy rica en lo personal y cultural. Había 40.000 estudiantes y espacio para desarrollar Oviedo Múltiple, un festival de música, teatro, cómics, feria del disco, programas de radio en directo...

–¿Quiénes vinieron?

–“Comediants”, Abellán, “Gomaespuma”, Escalada, grupos internacionales “Grace in Toyland”, grupos indies como “Dover” antes de dar el pelotazo. Coincidí con compañeros tan interesantes como el escritor Julio Rodríguez, el cineasta Tom Fernández y José Ramón Cuesta que llevaba el rock.

–Después, emigró a Madrid.

–En los 90, el paro en España era del 25% y en Asturias había poco trabajo. Mi doble formación me facilitó entrar en el área técnica de desarrollo de la base de datos del Banco Popular. Estuve tres años.

–Y luego Digital Plus.

–Por conocidos, entré como director de administración. La televisión me atraía mucho. Viví la fusión con Vía Digital y el lanzamiento de Cuatro.

–Pero se hizo empresario.

–En el cambio de la televisión analógica a digital vi la oportunidad y planteé una start-up para medir audiencias de televisión a través de teléfono móvil y analizar el impacto de la publicidad. Conseguí casi un millón de euros de financiación. Era 2010. Tuvimos de clientes a los principales medios de comunicación, pero con la caída de la publicidad del 40% las empresas pasaron a estar más preocupadas en su reestructuración que en nuevos proyectos. Cerramos en 2014.

–Y volvió a Asturias.

–No fue un retorno, podría haber ido a otra parte, aunque con los años cuesta más moverse. Vine por temas personales y profesionales.

–Profesionales.

–Creé una productora e hice programas para la TPA durante dos años. Evolucioné hacia el videojuego porque di con las personas adecuadas, mis socios, y la ayuda de Iván Lobo en Gamelab. Nos va bien en un negocio muy complicado. Dependes de los juegos que desarrolles, que tienen plazos de producción de ocho meses a un año.

–¿Y las razones personales?

–Carmen, mi segunda hija, tiene 10 años y la mayor, Andrea, 23. Oviedo es más cómodo para tener la familia en la tensión de un cambio profesional. Conozco a mi mujer, Patricia, mallorquina, del sector sanitario, hace 25 años.

–¿Qué supone para su empresa estar en Asturias?

–Tiene un plus de complicación porque no estás en los centros de decisión del sector, pero nos vemos mucho físicamente en ferias y eventos, en Madrid, Barcelona. Tienes que estar en el mercado global.

–Su sector es electrónico y virtual.

–Pero tiene un grado de presencialidad importante. El reto del sector en Asturias es crear un entorno favorable para que se desarrolle. Somos 15 empresas con necesidades del personal, falta inversión en formación y en apoyo a nuevos empresas y videojuegos.

–Un sector económicamente muy importante ahora.

–El cambio de mentalidad es ver el videojuego más allá de lo económico y necesita que las administraciones inviertan. Es un sector que cambia la tendencia social, cultural y profesional. El negocio mueve cuatro veces más que la industria del cine y tiene una capacidad de innovación y social. Se establecen nuevas relaciones sociales y profesionales y hay entornos virtuales alrededor de videojuegos que generan su propia realidad económica. Para el siglo XXI va a ser mucho más de lo que fue el cine para el siglo XX.

–¿Es un mundo de gigantes?

–Hay mercado para todos. En España hay mucho talento tecnológico y creativo en pequeñas compañías y se necesita que lleguen a un tamaño medio, 20 personas, y a facturaciones estables que superen el millón y medio de euros.

–¿Qué tal es su edad para vivir de esto?

–Cómoda. No es un sector de cuatro chavales y se necesitan perfiles más séniors para el desarrollo adecuado del negocio. Aunque sea del Spectrum y del petaco, he tenido un alma muy joven y me desenvuelvo muy bien con los júniors.

–Fundó y dirigió Asma (Asturianos en Madrid).

–Durante casi 10 años. Se disolvió al poco de volver a Asturias. Surgió por generación espontánea de la cantidad de asturianos que estábamos llegando. En una quedada para tomar cervezas en La Latina aparecían ciento y pico.

–Eran lo que el presidente asturiano Vicente Álvarez Areces llamó “la leyenda urbana”.

–Y yo “nueva emigración”. Tuvimos problemas políticos. No se aceptaba hablar de emigración en Asturias y nuestro movimiento se veía como movilidad profesional, lo que fue un error. Éramos cerca de 7.000 asociados, hicimos actividades culturales y conciertos, las quedadas y fabadas reunían a 600 y 700 personas, nuestro portal desarrolló un servicio de compartir gastos de coche Asturias-Madrid –nos anticipamos a Blablacar–, promovimos encuentros profesionales y empresariales... Hubo bodas.

–No tenían la misma mentalidad del Centro Asturiano.

–Algunas personas de la emigración tradicional tenían un sentimiento mercantilista de la asturianía y no se supo confluir. No teníamos la añoranza del emigrante de principios del siglo XX, pero el apoyo mutuo es inherente al asturiano. En Asturias tampoco se sabe patrimonializar tener a toda esa gente fuera.

–Es secretario de la Sociedad Ovetense de Festejos.

–La SOF es también el Día de América en Asturias, un evento importante y de la emigración.

Compartir el artículo

stats