"No sé en que momento de mi vida me convertí en un contador de historias; durante años traté de huir sin éxito de esta profesión extraña y extravagante, pero no lo logre". Lo dijo en el Club Prensa Asturiana Digital el actor gijonés Roberto Álvarez, que habló sobre la realidad interior del actor a lo largo de su trayectoria, y de las claves que van conformando un trabajo en el que no todo siempre son éxitos.

Roberto Álvarez, que cumplió años ayer jueves, estudió Ingeniería de Telecomunicaciones, pero la interpretación pudo más que el deseo de ejercer su carrera. “Cualquier argumento que plasmamos en la pantalla o en el teatro habla de nosotros, de nuestra vida, nos sentimos reflejados de algún modo en esas historias”, explicó Álvarez. Tras 40 años de profesión en los que ha hecho cine, teatro, televisión, producción y docencia, reconoce que cada día después de rodar (en estos momentos la serie “Intocables”), llega feliz a casa por el trabajo que ha realizado. “Realmente los papeles se quedan en el plató o en el escenario;yo ahora lloro y río en cuestión de segundos y me tomo el trabajo de forma diferente; el peor enemigo de un actor suele ser él mismo”, señaló. 

Álvarez, que fue presentado por Laura Galguera, vicepresidenta de ASICOM, destacó el alto peso que alcanza la labor del director a lo largo de un rodaje en la autoestima de un intérprete. "Me he encontrado con algunos de esos que te hacen sentir mal y no he vuelto a trabajar con ellos", aseguró.

Roberto Álvarez atesora una rica trayectoria en cine, teatro y televisión. En la gran pantalla destacan sus participaciones en películas como “Entre las piernas” (1999), de Manuel Gómez Pereira, o Juana la Loca, en 2001.Ha trabajado con Antonio Hernández (El menor de los males, Los Borgia) y con Miguel Albaladejo, haciendo el papel de Manolito Gafotas. Miguel Bardem, Yolanda García Serrano o Juan Luis Iborra, también han contado con él en algunos de sus proyectos cinematográficos