Nueva riña entre clientes y hosteleros en la red. En esta ocasión en un establecimiento de Avilés. Todo comenzó por la crítica de un comensal insatisfecho al establecimiento en una popular red social. La respuesta del empresario, con gracia y utilizando la anáfora como recurso literario.

"Primero mi hijo mayor ha ido al baño y justo después el pequeño. Cuando salgo con este último del baño me encuentro a los dueños cerrándome el paso y diciéndome que ya bastaba de que el niño entrase al baño. Que cada vez que entraba alguien lo tenían q limpiar. Les explico que tengo dos hijos y que primero fue uno y después el otro, y me dicen que da igual, que ya no vuelvan a entrar más", comenzaba la crítica del comensal, que no acabó aquí: "La que no va a volver soy yo. Vivo por la zona y la fama que les voy a dar va a ser nula. ¿En qué cabeza cabe? ¡Son niños! Y encima pequeños, que no han hecho nada dentro del bar. Entré yo con ellos".

La respuesta del empresario no se hizo esperar. "Le agradecemos que haya invertido una parte de su tiempo en inscribirse en la red social y en dejar su primer comentario en nuestro establecimiento. Tal acontecimiento merece una respuesta a la altura, por eso le vamos a responder utilizando el recurso literario de la anáfora", comienza el comentario, pura retranca. "Trato pésimo hacia nuestros clientes, manteniendo todas las medidas de higiene que tenemos a nuestro alcance. Limpieza de mesas y sillas antes y después de su llegada al local (rogamos que nos pregunten antes de sentarse o coger alguna silla), utilización de mascarilla en el interior (le recordamos que está prohibido entrar sin ella -a los adultos-), limpieza del baño cada vez que es utilizado por un cliente, etc. Nuestros clientes y más si vienen con niños nos lo agradecen", comienza.

La singular contestación prosigue: "Trato pésimo de nuestros clientes hacia nosotros, valorando el trabajo que hacemos, respetando las normas de convivencia de cualquier terraza (es un Pasaje no es un parque), tratando de ensuciar lo indispensable y hablando en un tono adecuado que permita que otros clientes puedan estar cómodos (mi libertad termina donde empieza la de los demás). Trato pésimo hacia nuestros proveedores, teniendo un trato cordial y profesional con ellos, así como cumpliendo con nuestras obligaciones, así como ellos cumpliendo con las suyas. Trato pésimo hacia nuestros empleados, respetando sus condiciones laborales, tiempos de descanso y vacaciones".

La cosa sigue: "Tratando de darles un ambiente de trabajo agradable y donde se puedan sentir como en casa. Para nosotros es un orgullo que los camareros que hemos tenido hasta la fecha sigan viniendo a visitarnos. Trato pésimo hacia usted, comentándole que después de que sale una persona (sea adulto o niño) tenemos que limpiar el baño por medidas de seguridad, sin decirle en ningún momento que no podían volver a entrar, sino que tuviera en cuenta este hecho, pero debió ser un malentendido. Trato pésimo, contestándole a los cuatro días y no nada más llegar a casa para no escribirle en caliente como usted ha hecho con nosotros. Trato pésimo y fama nula. Sentimos que esa sea su apreciación y le agradecemos que nos haya dejado explicar cómo es nuestro trato".