Oviedo, Andrea G. TORRES

El concierto de mañana domingo a las 19 horas en Oviedo, dentro de el ciclo “Los conciertos del Auditorio”, llega con enorme expectación. El Oviedo Filarmonía y el coro “El León de Oro” acometerán la ambiciosa Sinfonía nº 9 en re menor de Beethoven. Será su forma de celebrar, con un año de retraso por la pandemia, el 250º aniversario del nacimiento del compositor alemán. Todas las entradas de este concierto, patrocinado por LA NUEVA ESPAÑA, ya están agotadas.

Al frente de Oviedo Filarmonía estará su director titular, Lucas Macías. Al frente, de “El león de oro”, cuyo director Marco Antonio García de Paz ha sido nombrado esta misma semana titular del coro de RTVE. Entre los solistas hay caras muy conocidas para el público ovetense, como la de la soprano Vanessa Goikoetxea, la mezzo Marta Infante, el tenor Mikeldi Atxalandabaso y el barítono asturiano David Menéndez.

Tanto para la orquesta Oviedo Filarmonía como para su titular, Lucas Macías este será su debut a la hora de interpretar la sinfonía más célebre de Beethoven. “A todos nos ha extrañado cuando nos hemos dado cuenta de que ésta sería la primera vez que la interpretamos”, asegura Macías, que en su etapa como oboísta en la Orquesta de la Radio de Baviera y en la del Concertgebouw de Ámsterdam sí era “un título de repertorio que no podía faltar”. Para él, además de la calidad de la música, “el texto que escribió Schiller y que invita al hermanamiento al júbilo, no podría encajar mejor que en un momento como el que estamos viviendo, ahora que comenzamos a ver la luz al final del túnel y que nos necesitamos unos a otros más que nunca”.

Personalidades tan destacadas de la dirección musical del siglo XX, como Bernard Haitink o Mariss Jansons han pasado por el podio de las orquestas en las que Macías tocaba antes de comenzar su andadura como director. Estos maestros son siempre una inspiración y un espejo en el que se miran los directores de todo el mundo. “Ambos coincidían en abordar esta Novena sinfonía casi como si de una obra de cámara se tratase, prestando atención al detalle y fomentando que los músicos nos escuchásemos unos a otros”. Macías tiene muy claro que es una sinfonía compleja, no solo por la amplia orquestación, las dimensiones del coro o la incorporación de los cuatro solistas. Una obra “de unos setenta minutos que te pone a prueba, pero es fantástica para que la orquesta y yo continuemos evolucionando y mejorando en nuestro proyecto; una sinfonía que nos ayuda a seguir creciendo”.

Cuando Macías obtuvo la titularidad de la orquesta Oviedo Filarmonía en 2018, tenía muy claro que la orquesta estaba muy cómoda con interpretar en escena obras de compositores pertenecientes al primer Romanticismo, en la línea de Schubert o Mendelssohn, pero tras tres años al frente de la orquesta, “creo que hemos crecido con solvencia suficiente para abordar títulos de mayores proporciones y más complejos musicalmente. Un ejemplo puede ser el “Requiem alemán” de Brahms que interpretamos hace unas semanas también en el Auditorio”, explica. Una obra también de gran formato con cuyo resultado Macías está satisfecho. “Nos encantaría continuar haciendo repertorios más ambiciosos, con obras de Mahler, Bruckner, Strauss o Schoenberg, pero la plantilla actual de la orquesta nos lo impide, haría falta contratar a más profesores”, argumenta.

Sin embargo, la ciudad de Oviedo “es conocida en toda España por la enorme vitalidad que tiene la música en su día a día”, añade, y concluye que mientras siga como titular de la Ofil “nuestra labor será la de estar ahí para todos aquellos que nos quieran ver y escuchar”, refiriéndose al éxito que los conciertos del verano pasado tuvieron en la ciudad.