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La “Wamba”, la gran solista de Oviedo

El músico Llorenç Barber prepara un concierto de campanas en el que la mítica pieza de la torre de la Catedral tendrá un papel estelar

Llorenç Barber y Montserrat Palacios, ayer, durante su visita a la torre de la Catedral para ver la “Wamba”. Luisma Murias

La ‘Wamba’ es la solista de la ciudad, la historia de España está dentro de esta campana”. Así describe el campanero Llorenç Barber su fascinación por la vetusta campana ovetense. Fundida en 1219, la “Wamba” se convirtió en 2012 –cuando se “jubilaron” dos campanas del siglo XI que repicaban en el condado norirlandés de Armagh– en la campana que más tiempo lleva en activo en todo el globo. Por eso mismo, Llorenç Barber ha elegido a esta distinguida pieza que preside el cuerpo de campanas de la torre de la Catedral de Oviedo en su gran estrella, en la protagonista de un concierto en el que el campanero coordinará siete grandes campanarios de la capital: los de la Catedral, Las Pelayas, el Ayuntamiento, la Universidad, San Isidoro, San Tirso y Santa María La Real de la Corte. También podría incorporarse la campana de la capilla de La Balesquida, aunque eso está por ver.

Barber, acompañado de Montserrat Palacios Prado, directora artística y musical del proyecto, visitó ayer algunos de esos campanarios, para ir preparando el concierto con el que se abrirá, el próximo viernes, la Semana Profesional de las Artes de Oviedo. Será a partir de las 21.00 horas cuando los siete campanarios comiencen, de forma coordinada, una experiencia inédita en la ciudad.

Barber: “La historia de España está escrita en la ‘Wamba’, no ha dejado de sonar desde el siglo XIII”

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“Es un concierto que hay que vivir. No se trata de quedarse parado debajo del campanario, porque además ahí no se oirá nada, sino que hay que moverse e ir buscando las intersecciones entre los distintos campanarios, para sentir esa armonía y los sonidos de las distintas campanas que intervienen”, explica Montserrat Palacios.

Barber visitó ayer el convento de Las Pelayas, quedando impresionado por el poderío de su campanario, y ya por la tarde fue a ver a su musa, a su gran estrella: la “Wamba”, en la torre de la Catedral de Oviedo. Un recorrido en el que el músico estuvo acompañado por LA NUEVA ESPAÑA.

“El programa lo he denominado ‘Wamba viva, viva Wamba’, porque es un privilegio poder contar con esta campana que es un lujo, un patrimonio de todos. Hablamos de una campana que no ha dejado de sonar desde el siglo XIII, pese a todo lo que ha pasado en estos siglos. Es más antigua que las campanas de Roma: en Oviedo ya se oía el tañido de la ‘Wamba’ antes de que existiese el Vaticano”, celebraba Barber.

El músico Llorenç Barber , ayer, durante su visita a la torre de la Catedral para ver la “Wamba”. Luisma Murias

Para el último gran campanero, poder tañer la “Wamba” supone también cumplir un viejo sueño, realizar un deseo frustrado años atrás, cuando ya trató de hacer un concierto similar, en el marco de una “Noche blanca”. En aquella ocasión, el proyecto no se pudo materializar, aunque Barber llegó a desplazarse a Oviedo y a visitar el hogar de la “Wamba”. Ayer, en su reencuentro con la campana, estaba eufórico.

“Este concierto será algo global, una ceremonia de la comunidad. No es un concierto al uso, no hay melodía, solo el sonido de las campanas. Nuestras herramientas son los cronómetros y los brazos, los nuestros y los de los voluntarios que nos ayudarán a hacer este concierto”, explicaba Barber. También habrá alguna sorpresa, vinculada a la gaita, pero el campanero no quiere avanzar demasiado.

Los ensayos para el concierto comenzarán en los próximos días, siguiendo un programa que no deja nada al azar. Montserrat Palacios incluso está pendiente de otros sonidos que puedan alterar el sonido de las campanas. Le preocupa el tráfico, claro, pero también el reloj de la sede central de Cajastur, que prevé visitar en los próximos días. Y también quieren recuperar el badajo original de la “Wamba”, custodiado en Las Pelayas, para que la gran solista de la ciudad suene en todo su esplendor.

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