La energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. La máxima de Antoine Lavoisier, padre de la química moderna, encaja en “El silencio en el tiempo”, el proyecto con el que el grupo musical “Losone”, el diseñador gráfico Goyo Rodríguez y el colectivo “Arawake” estará “girando” este mes de junio en el Museo Barjola de Gijón.

La suya es una “Gira estática”, un periplo que sin traspasar el número 17 de la calle Trinidad guiará al público a través de un viaje interior pero colectivo con paradas en la ilustración, la música, el cine y la realidad aumentada. Las letras de las canciones que Jandro Llaneza (bajista de “Losone”) compuso para rendir homenaje a un amigo desaparecido (Ángel Parrilla) son parte de la energía creativa que recogió Goyo Rodríguez para dibujar la pérdida pero también el amor, dinamo indestructible. Estos “poemas visuales” se pueden ver y sentir hasta el 27 de este mes en la última planta del Barjola, donde cobrarán “vida” a través de una aplicación móvil diseñada por el colectivo “Arawake”.

“Venía de hacer la portada del anterior disco de “Losone” (“El domador de versos”), que es todo color. Ahora empleo el mismo lenguaje, de imágenes conceptuales, pero viendo la dureza de la historia –Parrilla se suicidó en 1996– decidí que fuera una gráfica más sencilla, de negro sobre blanco”, explica Rodríguez, quien buscó dibujar “apenas con una línea de lápiz”. Las ilustraciones pueden verse impresas sobre madera en el Barjola, pero también en el “libro-objeto” que “Losone” ha editado en una tirada limitada de doscientos ejemplares. El diseñador quiso imprimirlo sobre un papel metalizado que recuerda “a la Cuenca, a la mina, al castillete y a las vigas de hierro”, testigos de la infancia y adolescencia de los dos amigos. Se trata de un cuadrado plegado sobre sí mismo que contiene tanto esta parte gráfica del proyecto como las letras de las canciones y los poemas de Xandru Fernández, Ricardo Menéndez Salmón y del propio Parrilla. Rodríguez buscó para este “libro-objeto” “un principio y un final. Quería obligar al espectador a girar, a darle vueltas”.

Las vueltas son físicas –hay que desplegar el cuadrado buscando la narración– pero también conceptuales. En la portada, por ejemplo, el diseñador destiló una caja torácica cuyas costillas son las raíces de un árbol y en la parte superior, y con los anillos que marcan el paso del tiempo, emerge un altavoz, metáfora perfecta de la memoria viva. De este amplificador y gracias a las nuevas tecnologías emanará, además, un “paisaje sonoro”, la orilla de la playa de San Lorenzo, grabado por el sonidista Juanjo Palacios para el proyecto. Pero incluso después de darle unas cuantas vueltas, quien tiene el “libro-objeto” en la mano puede seguir preguntándose dónde está el disco: no hay.

“Losone”, durante un concierto en el teatro Jovellanos. | Luisma Murias

La música aparece cuando el espectador enfoca un código QR –presente también en las ilustraciones del Barjola– que conduce a la aplicación “El Silencio_LOSONE_RA”. Surgen también las animaciones de realidad aumentada concebidas por Jorge Da Rocha, del colectivo “Arawake”. Acostumbrado a emplear las nuevas tecnologías para hacer que las obras de arte pictórico hablen e interactúen con el público y para que los títeres interaccionen con hologramas (lo ha llamado “Titiriscopio”), a Da Rocha le encandiló el “concepto emocional y narrativo” que había detrás de “El Silencio en el tiempo”. “Han sido muy generosos al permitir que intervengamos en un viaje tan personal”, explicó el actor e ideólogo de una animación “sencilla pero muy llena, muy mágica”.

“Losone” propondrá un nuevo giro cada jueves. El próximo, día 10, (19.30 horas) ofrecerán un concierto en el que estará presente Ricardo Menéndez Salmón para leer los poemas incluidos en el “libro-objeto”; el día 17 se proyectará a la misma hora el mediometraje con la presentación del cineasta Ramón Lluis Bande y el 24 (19.30 horas) el sonido “Losone” vibrará en el concierto clausura con la presencia del Coro Antifascista Al Altu la Lleva y del productor del disco, Pedro Vigil, quien se subirá al escenario para acompañar a la banda en el final del periplo. El día 10, además de a su creación, Menéndez Salmón pondrá voz a un poema del propio Ángel Parrilla (el único editado) y a otro de Xandru Fernández, quien conoció al homenajeado en “pack” junto a Jandro Llaneza. Ambos tenían entonces 19 años y respondían en Mieres a los apodos “Parri” (Parrilla) y “Raba” (Llaneza) y a la mente del escritor acudieron los personajes de la película “El hombre que pudo reinar” (John Houston, 1975), que viven “aventuras tremendas” en el reino de Kafiristán y solo uno de ellos regresa para contarlo. “”Parri” no volvió pero “Raba” sí y esta es su versión de aquello que vivieron”, apuntó Fernández, emocionado.

Llaneza, por su parte, agradeció la sensibilidad de todos los implicados en el proyecto: a Goyo Rodríguez el ser “capaz de atrapar toda la lírica que hay en las canciones y los poemas” y a Jorge Da Rocha el haber descubierto “lo que hay oculto detrás” de las ilustraciones. “Pretendíamos romper el formato y girar sobre la idea de Ángel desde diferentes disciplinas artísticas”, expuso el letrista y bajista antes de anunciar que durante este mes en el Barjola generarán nuevo material audiovisual con el que continuar el proyecto. El viaje, como el amor y la energía, va a continuar su camino desde y hacia la vida.