El estallido de la pandemia y el mundo patas arriba dio a Francisco José Faraldo (Ferrol, 1947) un gancho surrealista para construir su primera novela también en esa línea. “Onofre, Raymond Queneau y una mula” es el llamativo título de su obra, editada por Bohodón Ediciones y que ayer se presentó en Gijón de la mano de la Sociedad Cultural Gesto.

Se trata de “una historia que se desarrolla en medio de la pandemia en un pueblo de León, pero la pandemia no es la protagonista sino que dentro de ella se desarrollan varias historias”, explicaba ayer el autor en un acto que tuvo como maestro de ceremonias a Maxi Rodríguez. La historia se entreteje a partir de dos personajes principales que se encuentran en tierras leonesas, “un forastero llegado de la ciudad y un hombre de campo rico que entran en contacto en la España vaciada”. De sus conversaciones a lo largo de la novela surgirán vivencias al hilo el relato de un pasado común en Madrid, y poco a poco la trama va girando hasta convertirse en “una novela sobre la literatura, porque hacia el final aparece una relación con el poeta Queneau, representante del surrealismo francés, quien defendía que la literatura es un juego y es necesario escribir desde diferentes puntos de vista”.

Por ello, el lector descubrirá al final de la obra que el narrador no es quien parecía ser, que el juego puede volver a empezar desde otro ángulo y con otras realidades y que, de paso, la mula del título es una especie de gurú espiritual para uno de los protagonistas, un animal disecado que también juega un importante papel en la trama de la novela.

Francisco José Faraldo es autor de dos libros de poemas titulados “Prédica del iluso” (premio Trivio) y “La mano en el fuego”, tres textos teatrales y los ensayos “El vecino invisible”, traducido al portugués por Poética Editorial, y “Asociación Amigos de Mieres-Cultura Popular y lucha por la democracia en Asturias”. Ahora aspira a no dejar indiferente con su surrealismo hecho novela.