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El Gobierno suprime el nombre de Juan de la Cierva de ayudas y premios nacionales

El inventor del autogiro, que participó en la sublevación de Franco, ya fue vetado para denominar al Aeropuerto Internacional de Murcia

Juan de la Cierva y Codorniu.

Los Premios Nacionales de Investigación, el mayor reconocimiento con el que el Ministerio de Ciencia distingue a los científicos españoles, dejarán de llevar el nombre de investigadores ilustres, como Ramón y Cajal, Menéndez Pidal, Gregorio Marañón o Juan de la Cierva. A partir de la próxima convocatoria, los galardones se denominarán únicamente por la categoría en la que se convocan, en los casos anteriormente citados, respectivamente, Biología, Humanidades, Medicina o Transferencia de Tecnología. Uno de los nombres que deja de estar vinculado a los premios es el de Juan de la Cierva, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos e inventor del autogiro, y algunos medios nacionales ven ahí, por sus vinculaciones con el franquismo, la razón de este cambio en la denominación de los premios, idea que refuerza la retirada del nombre del inventor de las ayudas postdoctorales que concede el mismo ministerio, según trascendió ayer.

El Ministerio de Transportes prohibió hace unos días que el Aeropuerto Internacional de Murcia llevara el nombre de De la Cierva, apelando a la Ley de Memoria Histórica y argumentando que el ingeniero había estado directamente implicado en el golpe de Estado del Ejército en 1936, que había sido uno de los conspiradores contra la II República desde Londres y que había hecho de intermediario en la compra de armamento para apoyar la causa de las tropas sublevadas. Su mediación fue decisiva para conseguir el Dragon Rapide, el avión en el que Franco viajó de Canarias a Tetuán, en Marruecos, para ponerse al frente del levantamiento.

El matemático asturiano Juan Luis Vázquez fue Premio Nacional de Investigación Julio Rey Pastor de Matemáticas y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en 2003. Vázquez, miembro de la Real Academia Española de Ciencias Exactas, no estaba al tanto del cambio en la organización y la denominación de los premios. Aunque considera que poco hay que decir al respecto y afirma estar “fuera del contexto y pertenecer a otra generación”, reconocía ayer que se sentía muy a gusto con que su premio llevara el nombre de Rey Pastor. “Me gustaba Rey Pastor, había leído y estudiado su libro cuando era estudiante. Yo tenía cariño al nombre, un nombre insigne, buen matemático, que había viajado por Europa, con el que sentirme identificado”, comentó. “Los matemáticos de mi generación nos sentíamos los herederos afortunados de Rey Pastor”, añadió.

El Ministerio de Ciencia no ha dado ninguna razón para suprimir unos nombres que estaban ligados a estos premios desde su creación, en 1982 y se ha limitado a indicar que ha procedido a la reestructuración de las áreas en que se otorgaban, que antes eran diez y a partir de ahora serán seis, que a su vez se duplicarán, con un reconocimiento al mérito de toda una carrera y otro para los investigadores menores de 40 años. En definitiva, que en lugar de los diez premios que se entregaban se entregarán doce.

Las áreas en las que se entregarán los premios a partir de la próxima convocatoria serán Biología y Medicina; Ciencias Químicas, Físicas y Matemáticas; Recursos Naturales, Ciencias de los Materiales y de la Tierra; Ingenierías y Transferencia de Tecnología; Humanidades y Ciencias Sociales y, por último, Tecnología de la Información, de las Comunicaciones y de la Inteligencia Artificial.

Los premios están a punto de cumplir 40 años y el Ministerio de Ciencia ha indicado, al comentar esta reorganización, que no es la primera vez que se hacen cambios en la convocatoria y que en algún momento repararon en la necesidad de subsanar la falta de representatividad femenina, ya que ninguna de las categorías ha llevado nunca el nombre de una investigadora española destacada.

El hecho es que a partir de ahora, el Premio Nacional de Biología ya no será el Santiago Ramón y Cajal, ni el de Humanidades llevará el nombre de Ramón Menéndez Pidal, el de Medicina no se llamará Gregorio Marañón ni el de Ciencias y tecnologías de los recursos naturales Alejandro Malaspina. También se quedan fuera Blas Cabrera que estaba ligado al de Ciencias Físicas, de los Materiales y de la Tierra y Leonardo Torres Quevedo que iba unido al de Ingenierías.

El fallecido José Barluenga, catedrático de Química de la Universidad de Oviedo, recibió el premio Enrique Moles de Ciencia y Tecnologías Químicas en el año 2001. La bioquímica asturiana Margarita Salas, también fallecida, recibió el de Biología, que llevaba el nombre de Santiago y Cajal, en 1999, y Carlos López Otín, promotor del Instituto Universitario de Oncología del Principado, lo recogió en el año 2008.

También José Luis García Delgado, que fue catedrático de Economía en Oviedo, recibió en 2014 el Pascual Madoz de Derecho, Ciencias Económicas y Sociales.

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