Grandas de Salime recordó ayer a José María Naveiras Escanlar, más conocido como Pepe el Ferreiro, creador del Museo Etnográfico grandalés, en el primer aniversario de su fallecimiento, a la edad de 78 años. La iglesia parroquial de la capital del concejo acogió una misa en su recuerdo. Familiares, amigos y vecinos volvieron a reunirse para homenajear a un hombre del que desatacaron que era muy querido en el municipio y muy valorado por el legado cultural que les había dejado. Su principal legado es un equipamiento museístico con una colección excepcional, fundado en 1989. Pepe el Ferreiro lo dirigió hasta 2010, cuando fue destituido por el consorcio que lo gestionaba, en aquel momento integrado por el Principado, el Ayuntamiento de Grandas de Salime y la antigua Cajastur.

Precisamente a ese episodio, en el que Pepe el Ferreiro tuvo que dejar el museo, se refirió ayer con dolor la familia, que aprovechó la jornada para visitar el equipamiento una vez más. “Pensamos que 11 años después de que mi padre tuviese que dejar el museo, allí no se hizo nada. No se cambió ni una piedra desde que él se fue, todas las promesas que hicieron y todo lo que decían que iban a mejorarlo se quedó en nada. Es una lástima porque él, en estos años, le hubiese dado un vuelco. Habría puesto en marcha alguno de los proyectos que tenía ideados”, explica su hijo Pablo Naveiras, que señala que el actual museo es tan solo un 40 por ciento de lo que su padre tenía en mente hacer allí. “Ni lo dotaron de personal ni de presupuesto. Es un desastre ver lo que se podría haber avanzado y, sin embargo, no se hizo nada”, lamenta.

Reconoce además que apartar a su padre del museo supuso de alguna manera el inicio del declive de su salud. “En ese momento empezó a morir también, no volvió a levantar cabeza y no tuvo ilusión, se murió un poco de la pena que le causó todo aquello”, añade.

Pepe el Ferreiro

Pepe el Ferreiro

El museo, desde su fallecimiento, lleva su nombre a propuesta de la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo. No obstante, alguno de los asistentes de ayer a la celebración religiosa echó en falta que en un año, desde el Gobierno del Principado no se haya realizado ningún acto homenaje para honrar la memoria de Pepe el Ferreiro. Lo verbalizó su amiga Ana López, que expresó su tristeza ante “una sociedad ingrata que no reconoce el trabajo de Pepe”. A su lado, el también amigo Antonio Arias recordó que con el fallecimiento de Pepe el Ferreiro “se perdió un sabio que tenía en la cabeza el mundo rural”.

Otra gran amiga de la familia, la grandalesa Rosa Monjardín, no dudó en afirmar que en Grandas “a Pepe se le quiere y se valora el gran legado que nos dejó”. Un año después de su fallecimiento asegura que se le echa mucho en falta porque era “una persona muy activa, que participaba en todos los eventos que se organizaban”.

Otras vecinas del municipio, que prefirieron no dar sus nombres, coincidían en que “todos sabemos lo que hizo por el pueblo, puso a Grandas en el mapa. Se nota su falta”.

Además de fundar el Museo Etnográfico de Grandas de Salime, Pepe el Ferreiro fue uno de los descubridores del Chao Samartín en los años 70 y para muchos es una de las figuras principales de la cultura asturiana de los siglos XX y XXI.