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Las otras cocinas de la Concordia que celebran el “Princesa de Asturias” a José Andrés

Trabajadores y voluntarios de comedores sociales celebran el “Princesa de Asturias” a José Andrés, lo sienten como propio y destacan la importancia de dar a conocer su solidaridad

Florentino Menéndez. l Fernando Rodríguez

Una información elaborada por David Orihuela (Oviedo), M. Castro (Gijón), F. L. Jiménez (Avilés) y D. Montañés (Mieres)

Dar de comer al hambriento no es nuevo, se ha hecho a lo largo de la historia. En los últimos años, entre catástrofes naturales y pandemia, han sido muchos los restaurantes, cocineros, asociaciones o colectivos que han ayudado a paliar un fenómeno que tomó nombre con el coronavirus, las conocidas como colas del hambre.

El cocinero mierense José Andrés ha sido galardonado con el premio “Princesa de Asturias” de la Concordia por su labor en ese sentido, por acudir a los lugares donde más necesario es un plato de comida y brindarlo a los hambrientos.

El premio va más allá de la persona y cumple uno de los objetivos de la Fundación Princesa de Asturias, concienciar a la sociedad para intentar construir un mundo mejor.

Los que dan de comer a quienes tienen hambre celebran el premio a José Andrés y lo sienten como propio. Florentino Menéndez es cocinero de la Cocina Económica de Oviedo. Antes de ponerse a los fogones de la institución benéfica estuvo en las mejores cocinas de Asturias, en los restaurantes Del Arco, Bella Vista, De Labra y La Gruta. Dio de comer a los que más tenían y ahora lo hace con los que no pueden pagarse un menú del día.

Para Menéndez el premio a José Andrés es importantísimo, “por la relevancia social que él tiene”. El responsable de la Cocina Económica cree que “lo más importante de este premio no es lo que hace José Andrés es que se vea esa acción”. “El tirón mediático, la posición que tiene José Andrés en la sociedad ayuda a dar a conocer todo este tipo de iniciativas que ayudan a otras personas”, concluye.

En la Cocina Económica de Gijón llevan 116 años ofreciendo sus menús a personas sin recursos. El presidente de esta organización gijonesa, Luis Torres, valoró ayer positivamente el galardón concedido al chef José Andrés, señalando que “me parece fabuloso lo que hace y me merece toda la consideración; cualquier persona que haga algo por los demás es un éxito para toda la sociedad”.

Con “gran emoción” y el convencimiento de que es un premio “más que merecido”. Así han acogido en el seno de la Fraternidad de Francisco de Avilés la decisión del jurado.

Las voluntarias María Romero y Ana María Moya. | MARA VILLAMUZA

“Nos agradó la noticia porque nos sentimos totalmente identificados con la labor que realiza José Andrés y hemos llegado incluso a emocionarnos porque participamos de su misma misión: combatir el hambre”, explica Agustín Albuerne, responsable de la orden franciscana seglar de Avilés, la entidad religiosa más antigua de la ciudad y la que gestiona el proyecto la Fraternidad de Francisco, una iniciativa alimentaria, de acogida y acompañamiento que ya atiende cada año a 2.400 personas en situación de vulnerabilidad.

Según el punto de vista de Albuerne, “el premio a José Andrés da visibilidad a todos cuantos trabajamos con el objetivo de combatir el hambre pero, más allá aún, dignifica a las personas que sufren la inconcebible situación de no tener comida en un mundo donde la misma sobra”.

El coordinador de la Fraternidad de Francisco asegura que el reconocimiento a José Andrés es “un subidón de moral” para los voluntarios de la institución avilesina y subraya que en materia de solidaridad alimentaria “no importa quién hace las cosas o a quién se premia por ello sino qué se hace”.

“Estamos doblemente orgullos del trabajo que viene realizando José Andrés, ya que nos une ser todos mierenses y también la labor de ayuda a los demás”. Carlos Muñiz es el presidente de la Asociación Mierense de Cocina Solidaria (Amicos) de la capital del Caudal. La entidad solidaria ofrece actualmente en su amplia y bien equipada sede de Santa Marina más de cincuenta comidas al día. Lo lleva haciendo desde hace algo más de veinte años, pero nunca antes con tanta demanda: “La crisis sanitaria ha incrementado notablemente el número de usuarios. El otro día llegamos a tener 57 comensales, cuando lo normal antes de la pandemia era rozar los treinta”, apunta Muñiz.

Desde Amicos valoran casi como propio el premio concedido a José Andrés. “Nunca nos ha visitado, pero nos ha realizado donaciones”, destaca Carlos Muñiz. “Ha dignificado la importancia de poner un plato caliente en la mesa para quien lo necesita”.

“Ha dignificado la importancia de poner un plato caliente en la mesa para quien lo necesita”, afirman en la asociación Amicos, de Mieres, a la que el chef ha realizado donaciones

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El comedor solidario de Mieres está ubicado desde 2017 en la antigua placina de Santa Marina. El año pasado cumplió dos décadas de vida. En estos 20 años nunca había atravesado por un periodo de tanta demanda. Desde el estallido de la crisis sanitaria el número de usuario casi se ha doblado. Amicos tienen cerrado su comedor desde que, en marzo del año pasado, se decretó el estado de alarma, pero se reparten menús cada día en la puerta de las instalaciones.

“Entregamos una bolsa con la comida cocinada en el día y luego añadimos lo que podría servir como una cena, ya en frío”. Cada vez son más los que requieren de esta ayuda para satisfacer las necesidades básicas de nutrición.

Ellos son solo un ejemplo de los miles de voluntarios que día a día colaboran con multitud de asociaciones y entidades que dan comida a quienes los necesitan. Desde iniciativas privadas como las Meriendas Cenas del Oviedo Antiguo a las grandes infraestructuras del Banco de Alimentos.

Al final la filosofía es la misma, puede ser por motivos religiosos o por un impulso solidario pero hay muchos José Andrés que dan de comer al hambriento.

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