El cine de atracos constituye un género en sí mismo, tiene sus normas prestablecidas, por eso, el enfoque resulta fundamental, así como la habilidad y la originalidad del director para que la película se diferencie y adquiera una personalidad independiente.
En El robo del siglo, Ariel Winograd (“Mi primera boda”, “Mamá se fue de viaje”) apuesta por una perspectiva bastante convencional, pero efectiva, en la que lo importante es seguir cada uno de los pasos en la elaboración de un plan que, por muy cinematográfico que parezca, ocurrió en la realidad.
Quizá sea este elemento lo que la diferencie de una película casi coetánea como La odisea de los Giles, en la que lo realmente importante era la crítica social que acompañaba las acciones de los personajes.
Aquí ocurre lo contrario, nos encontramos ante una película de género más puro en la que los discursos no se sitúan por encima del propio mecanismo de la trama, aunque también se encuentre presente el discurso anticapitalista (y antibancario) poscorralito que caracteriza algunas películas recientes del cine argentino.
El robo del siglo es una “heist movie” de correcto (aunque manido) engranaje en el que se mezcla la acción y la comedia y en la que brilla el dúo protagonista encarnado por Guillermo Francella y Diego Peretti.
