¿Cómo será el mundo dentro de 2000 años? En su primera novela, ‘El mosaico de Cueli’, Rubén Pérez Zamanillo (Avilés, 1970) nos presenta un futuro Gijón en un mundo que ha superado dos extinciones masivas y que ha iniciado la colonización de otros planetas. En este contexto, dos inspectores solicitan al Sistema Público de Almacenamiento y Manipulación de Datos toda la información referente a un ciudadano que acaba de ser asesinado para tratar de resolver el caso. Profesor de Matemáticas en el IES Mata Jove de Gijón y presidente de la Sociedad Asturiana de Educación Matemática Agustín Pedrayes, que cada año se encarga de la organización de la Olimpiada Matemática, Rubén ha dado el salto a las letras con la escritura de este libro. La presentación tiene lugar este sábado 10 de julio a las siete de la tarde en el FNAC de Parque Principado.

-¿Qué puede encontrar el lector en “El mosaico de Cueli”?

-La novela trata sobre un crimen que transcurre en el siglo XLI, por lo que es un thriller mezclado con ciencia ficción. Mi intención era inventar un futuro a partir de una reflexión propia, pensar en cómo podría haberse desarrollado la sociedad en un periodo de 2000 años tras superar dos extinciones masivas. Todo ello dentro de unos cimientos razonables, es decir, escenarios probables como podrían ser las consecuencias del cambio climático o el impacto de un meteorito. En ese contexto se produce el asesinato de un hombre y se realiza una investigación para resolverlo, por lo que no es una trama enrevesada e incluso podría trasladarse a cualquier otra época. Quiero con eso transmitir la idea de que las personas somos iguales tanto en el siglo XV como en el XLI, las formas de actuar y de desenvolverse son las mismas, solamente cambia el entorno de la sociedad. 

-¿El hecho de que la trama se desarrolle en Gijón va a atraer al público?  

-Ubicarlo en Gijón, al que yo llamo Xixón en la novela, es para que los lectores sientan la novela más cercana, que no se piense que todas las historias de ciencia ficción tengan que ocurrir en Estados Unidos. También he querido transmitir eso a la hora de crear a los personajes, que no fueran héroes, sino personas normales y corrientes que se ven envueltos en la trama. Además, me parecía curioso tratar de describir cómo sería la costa asturiana en caso de que algún día ocurra la subida del nivel del mar como consecuencia del cambio climático. 

-Usted es profesor de matemáticas en un instituto y presidente de la Sociedad Matemática Asturiana, ¿qué le ha llevado a pasar de los números a las letras? ¿Había tenido experiencias previas en este ámbito?

-Siempre me ha gustado escribir, pero había hecho poca cosa hasta ahora: cuentos, algunos cuadernos para aprender matemáticas… Lo de la novela me lo planteé en el verano de 2018. Mi propósito siempre fue hacerlo relajadamente, sin presiones, por lo que me ha llevado un periodo de tres años, escribiendo sobre todo en los veranos y en el confinamiento, ya que durante el curso apenas me queda tiempo para ello. Ha sido una experiencia que he disfrutado mucho, me lo pasé bien haciéndolo. 

-Al ser usted matemático, ¿se nota en la novela? 

-Siempre he tenido claro que mi novela iba a estar destinada a un público abierto, sin necesidad de un control excesivo de matemáticas y que el resultado fuera una lectura ligera y no muy densa y científica. Sin embargo, al ser mi profesión, es inevitable que la novela esté empapada de muchos detalles relacionados con ella: el protagonista es matemático, hay referencias constantes a los números primos, la resolución del caso me la he planteado como un teorema matemático con todos los elementos encajados y justificados... En cuanto a la parte científica, en todo momento mi intención ha sido no violar las leyes de la física, que todo tenga una explicación y una descripción. 

-¿Ve a la juventud más interesada en las matemáticas o en la lectura?

-Lo que observo en mis alumnos adolescentes es un desinterés general preocupante, una falta de curiosidad y de espíritu crítico, así como poco esfuerzo por las cosas. Eso se refleja tanto para leer un libro como para enfrentarse a las matemáticas. Respecto a mi asignatura, yo lo que veo en ellos es que saben que es importante pero le tienen miedo. 

-¿Va a recomendar a sus alumnos que lean su libro?

-En el instituto ya ha acabado el curso y no les he dicho nada, así que en principio no, me da un poco de vergüenza, otra cosa es que se enteren por su cuenta y ellos decidan leerla. Es una novela asequible también para el público joven, por ejemplo mi hijo de 15 años la leyó y la llevó bien. 

-¿Es posible que haya una segunda parte de ‘El mosaico de Cueli’ o es una historia cerrada? 

-La novela tiene un final cerrado y la historia queda concluida, ya que además hay un anexo donde se cuenta el futuro de los personajes. Aunque sí que podría haber muchos hilos de los que tirar, en principio mi idea es dejarla aquí, creo que si escribiera una segunda novela sería una historia nueva con personajes nuevos. Eso sí, siempre teniendo en cuenta que este no es mi trabajo, es mi hobby, y lo hago para disfrutar mientras escribo.