Llovió a mares, hizo frío y la niebla desdibujó el mítico paisaje pero ni siquiera el invernal día de verano que ayer vivió Navarra ensombreció la celebración del acto de apertura del año jacobeo en Roncesvalles por parte de los Reyes de España, dos peregrinos más en un momento de especial trascendencia para la ruta santa. De ahí la importancia que todas las autoridades presentes concedieron a la colaboración institucional en torno al Camino: arrimar el hombro es más necesario que nunca para olvidar lo antes posible las consecuencias adversas de la pandemia.
El Camino de Santiago es fuente de valores que son símbolo de unión, y que fueron ensalzados por el Rey Felipe VI y los presidentes autonómicos presentes. Los Reyes Felipe y Letizia estuvieron al frente en la Real Colegiata de Santa María del acto conmemorativo del año jacobeo que, en esta ocasión, debido a la pandemia, excepcionalmente comprende los años 2021 y 2022.
Además de los Reyes y el ministro de Agricultura, Luis Planas, estuvieron presentes los presidentes de Navarra, Aragón, La Rioja, Cantabria, Castilla y León, y Galicia. Los presidentes de Euskadi y Asturias no pudieron estar presentes en este acto y en el caso de Asturias estuvo representado por la consejera de Cultura, Berta Piñán.
En un día frío y lluvioso en el que no faltó la niebla, las autoridades recorrieron a pie, desde Ibañeta, kilómetro y medio del Camino, en sentido inverso, hasta llegar al Complejo Urbano de Roncesvalles, donde se dirigieron a la capilla del Sancti Spiritus, antiguo cementerio de peregrinos, donde conocieron los trabajos de arqueología que tienen lugar allí.
A continuación se desplazaron hasta el monumento que conmemora la Batalla de Roncesvalles y desde allí los Reyes se dirigieron a la Casa Prioral, en donde firmaron en el Libro de Oro de Navarra. Luego se dirigieron a la iglesia de Santa María, donde les recibieron el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Francisco Pérez, y donde se celebró el acto en el que intervinieron el Rey, el Ministro y los presidentes de Navarra, Aragón, La Rioja, Cantabria, Castilla y León, y Galicia.
Allí, el Rey Felipe VI valoró la ruta jacobea como símbolo de unión del patrimonio histórico y cultural de los lugares que lo jalonan, y respaldó la colaboración institucional para promocionar y proteger un Camino que “sigue vivo” tras siglos de peregrinaje y pese al “silencio” en el que hasta hace poco lo ha sumido la pandemia. Don Felipe mostró una “inmensa alegría” por haber hecho el recorrido junto a representantes autonómicos, “símbolo de la necesaria y fructífera colaboración institucional en la protección y promoción de este importantísimo bien cultural y natural; también lo es espiritual”.
Un día de esperanza
Recordó los largos meses de pandemia que en el último año y medio han dejado vacía esta ruta, pero se mostró convencido de que el de ayer “pasará a ser un día de esperanza gracias a la reactivación del Camino de Santiago que, aún con la prudencia que exigen las circunstancias, ha sido posible con el esfuerzo de las Administraciones e Instituciones aquí presentes y asociaciones”.
Por su parte, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, puso en valor el modelo de “cooperación, esfuerzo y trabajo conjunto” de las administraciones de las diferentes comunidades autónomas por las que transcurre el Camino.
Los valores que representa el Camino de Santiago, en contraposición al concepto de frontera, fueron subrayados por el presidente de Aragón, Javier Lambán.
Finalizado el acto, la comitiva se desplazó a la capilla donde se encuentra el sepulcro del rey de Navarra Sancho VII el Fuerte, ante cuya tumba se ha realizado una ofrenda floral.
