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Martín Caicoya Presidente del Círculo Cultural de Valdediós

“El monasterio facilita la comunicación entre músicos y público”

Martín Caicoya.

Vuelven los “Atardeceres musicales” a Valdediós. Cinco citas en agosto y septiembre con el título “El flujo de la identidad”, que, según el presidente del Círculo Cultural de Valdediós, Martín Caicoya, “se refiere a las mutaciones”. Toda una analogía entre las del virus y las de la música: “Ambos están constituidos por pocos elementos que se repiten y que mutan a lo largo de su existencia y los mismo que los virus, la música vive cuando penetra en nuestro organismo y nos coloniza”. Para este año...

–... Hemos diseñado un programa muy ambicioso, muy variado y de gran calidad. Los asistentes disfrutarán. Con esa facultad que tiene la música para emocionar, sobre todo bien interpretada y en un entorno como el de Valdediós, probablemente algún pasaje les conmueva.

–Primera cita, 7 de agosto: dúo de cámara “Diálogo”.

–Un dúo de gran calidad y muy compenetrado nos trasladarán desde la solidez de Bach a esos aires casi zíngaros de Enesco y la alegría de Schitke.

–14 de agosto, “Mutaciones”, con Olalla Alemán y Daniel Zapico.

–Un privilegio escuchar la voz de Olalla, tan puesta en el barroco, acompañada de la tiorba de Daniel en un ambiente tan propio como es la Iglesia de Santa María de Valdediós.

–21 de agosto, Noelia Rodiles al piano y “Renovaciones”.

–Noelia ha diseñado un programa que se basa en la fragilidad y la intercomunicación, tan presente hoy día. Percibiremos el aleteo de las mariposas en la voz de Schumann y Rueda y dejaremos esa volatilidad para asentarnos con la Chacona de Bach.

–28 de agosto, trío “4 tercios” y “Transformaciones”.

–La juventud creativa que nos regala con composiciones propias para este festival, una experiencia ilusionante para ver cómo las semilla sembradas están dando sus frutos.

–4 de septiembre, “Metamorfosis”: Alissa Margulis, Adolfo Gutiérrez y Josu de Solaun.

–En este maravilloso concierto, antes de acometer el formidable trío Brahms, podremos degustar el cello de Adolfo acompañado de Josu interpretando a Schumann, a Josu de Solaun interpretando a Lizst y a Prokofiev en el violín de Aisa Margulis con el piano de Josu.

–¿La gente joven responde?

–Sí, tenemos público joven, pero no suficiente. Nos gustaría atraer más. Siempre incluimos interpretes jóvenes, ellos suelen arrastrar gente de su edad. Aunque nuestro problema no es la falta de público, las plazas se llenan a las pocas horas de sacar la oferta en la página web.

–¿Qué tiene el monasterio de especial para la música?

–Hay una emocionante comunicación entre músicos y público. Quizá llegar a ese paraje, atravesar el patio dejando San Salvador a la izquierda, tan perfecto en su volumen, hacer la cola en el atrio, atravesar la puerta principal del monasterio y rodear el claustro, confiera una actitud de respeto e intimidad que facilite la percepción musical.

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