Diez obras de la producción escultórica de Amador Rodríguez, conocido artísticamente como Amador, podrán disfrutarse a partir del próximo sábado 7 de agosto y hasta el 19 de septiembre en la sala de exposiciones de As Quintas, en La Caridad (El Franco). En el vigésimo aniversario de su fallecimiento, la muestra “De Amador, con diez esculturas, diez” es un pequeño homenaje a una de las figuras más importantes de la escultura española de la segunda mitad del siglo XX y un fiel reflejo de cuatro décadas de trayectoria artística.

Amador (1926-2001) nació en Ceuta pero pasó toda su infancia en Cangas del Narcea, para después irse a Madrid, donde asentó su vida profesional, aunque siempre conservó un estrecho lazo con Asturias. Sacó la plaza de funcionario de Hacienda y al mismo tiempo empezó a interesarse por el mundo artístico. Se inició en la pintura y fue a principios de los años sesenta cuando dio sus primeros pasos en la escultura. Su gran referente fue el escultor vasco Jorge Oteiza, quien le marcó en su producción.

Juan Carlos Aparicio, comisario de esta exposición junto a Daniel Franco, define la obra de Amador como “abstracta, geométrica, racional y constructiva”. Su característica principal, que queda reflejada en las obras expuestas, es “su obsesión por las formas geométricas”. “Con los materiales hacía una investigación, e incluso acudía a cursos de formación complementaria sobre matemáticas, su obra se construye en función de operaciones de cálculo o progresiones matemáticas”, detalla Aparicio.

“Tetrakys plano sobre un cubo por incisión en una cara”.

“Tetrakys plano sobre un cubo por incisión en una cara”.

Las esculturas presentes en la exposición van desde el año 1966 hasta el 2000. Aparicio afirma que no se ha querido hacer una antología exhaustiva, pero la exposición permite captar la evolución del artista a lo largo de toda su carrera. Las formas geométricas predominantes en su producción son la esfera, el cubo, el prisma y el cilindro. “Amador realizó vaciamientos y perforaciones con estas figuras, para luego pasar en su última época a buscar una belleza más formal, con volúmenes compactos y estáticos”, explica el comisario.

Aparicio también añade que se eligió el número diez como protagonista de la exposición porque Amador tenía fijación por él y estaba muy presente en sus investigaciones. Por eso, son exactamente diez las esculturas que la sala de As Quintas albergará durante el próximo mes y medio. Estas obras proceden de las colecciones del Museo Bellas Artes de Asturias, de la Fundación Museo Evaristo Valle y dos piezas son de los herederos de Amador. “Es una exposición muy esencial, donde la obra respira muchísimo y donde la gente podrá ver al escultor en su máximo esplendor”, afirma Aparicio.

“Sin título”.

El hijo del artista, también llamado Amador Rodríguez, fue uno de los impulsores de esta exposición tras coincidir hace un año con el también escultor franquino Herminio Álvarez, que se encarga de la programación artística de As Quintas. “Ambos pensamos que el lugar era idóneo para acoger las obras de mi padre, que siempre ha tenido un vínculo muy fuerte con Asturias y en concreto con esta zona”.

Rodríguez recuerda que su padre veraneaba todos los años en la casa familiar que tienen en Tapia de Casariego, y que incluso muchas de las piedras que le servían de inspiración para sus composiciones las recogía en el Occidente. “La idea es ligar la obra de mi padre a otras zonas que no sean Oviedo y Gijón, descentralizarla y que llegue a otros rincones que además fueron muy importantes para él en vida”, afirma, al tiempo que agradece la colaboración de amigos y familiares con el proyecto.

“Cubo con extracción de cilindro”.

Esta exposición también tiene un importante valor sentimental y simbólico para Amador Rodríguez, ya que se cumplen veinte años de la desaparición de su padre. “Me parece una forma muy bonita de hacerle un homenaje y de recordarle, es el momento ideal y en el lugar ideal. Es una sala muy íntima, dotada de una iluminación perfecta, un lugar en su conjunto muy especial. La obra de mi padre es muy monumental y As Quintas la realza todavía más”, explica Amador Rodríguez, que estará presente este sábado en la inauguración de la exposición, a las siete de la tarde. Desde ese día el público podrá disfrutarla de martes a sábado de 19:00 a 21:00 horas, y los domingos y festivos de 12:30 a 14:00 horas.

Esta es la tercera exposición que se celebra este 2021, dentro del pequeño homenaje que Asturias está realizando al escultor en este 20.º aniversario de su muerte. La galería Guillermina Caicoya, en Oviedo, y la Fundación Evaristo Valle, en Gijón, ya han ofrecido al público la oportunidad de contemplar la obra de Amador. Además de la exposición de As Quintas, el Colegio de Arquitectos de Asturias prepara una cuarta, aunque las fechas todavía no están cerradas y es posible que ya tenga lugar el próximo año.