El Museo de Bellas Artes de Asturias vuelve a incrementar sus fondos pictóricos y escultóricos gracias a la generosidad de la asturiana María Luis Corrada, viuda del conde de Villagonzalo. El depósito de 34 obras de esta espectacular colección, que permitirá al museo exponer obras de maestros internacionales de los que no disponía hasta la fecha, acaba de incrementarse en diez obras más que engrosarán los fondos de la pinacoteca regional. Se trata de una decena de pinturas, esculturas y dibujos, así como piezas de artes gráficas y aplicadas, que aún tendrán que someterse a un estudio profundo por parte de los expertos del Museo para precisar distintos datos en torno a cada obra.
Entre las piezas que integran esta ampliación del depósito original –que parcialmente compone la exposición “Gusto y tradición”, abierta hasta el próximo día 26 en el palacio de Velarde– hay una pequeña copia del autorretrato de Velázquez, un busto de mujer obra de Agustín Pajou, de la segunda mitad del siglo XVII; un retrato de dama atribuido a Claudio Coello, varias esculturas, un grabado que conmemora la victoria de Waterloo sobre Napoleón, una vajilla y un paisaje de la escuela holandesa del siglo XVII cuyo autor aún está sin identificar, entre otras.
Este depósito hecho por María Luisa Corrada es, junto con el que hizo el Museo del Prado, el más importante que ha recibido el Museo de Bellas Artes de Asturias. Precisamente en honor a la relevancia de esta aportación y a la generosidad demostrada por la viuda de Juan Andrés Maldonado y Chávarri, IX conde de Villagonzalo y VIII Marqués de la Scala, LA NUEVA ESPAÑA concedió su galardón “Asturiana del mes” a María Luis Corrada, viuda del conde y natural de Santillán (Amieva). En el acto de entrega del galardón, lo mismo que ya hiciera cuando se presentaron públicamente las obras en el Bellas Artes, Corrada incidió en que con el depósito del legado que heredó de su marido está realmente cumpliendo su voluntad, pues Juan Andrés Maldonado era de la opinión que los cuadros deberían “estar en los museos, donde los viera todo el mundo”.
“Gusto y tradición”, la exposición que hasta el próximo día 26 de este mes puede contemplarse en el Museo de Bellas Artes, recoge una selección de todas las obras depositadas por María Luisa Corrada, que posteriormente se integrarán en la colección permanente de la pinacoteca asturiana. En la donación sobresale la aguada de Goya “Maja y Celestina en un paisaje de atardecer”, una pieza de 22x15,6 centímetros pintada por el maestro aragonés al final de sus días, en 1825. El conjunto Villagonzalo, que cuenta con numerosas obras de estilo rococó, y todas en un excelente estado de conservación, reúne importantes firmas de las escuelas flamenca, italiana, francesa, austriaca, alemana y holandesa, todas ellas relevantes piezas del siglo XVIII o pintadas a caballo con el siglo XIX.
