El miedo es libre. Eso es innegable. A lo que una persona puede enfrentarse sin ningún problema, hay otra que se ve irremediablemente superada. También es una verdad que con 36 años se es demasiado joven para morir.

Esto es lo que le sucedió a Dany Toledo, un motero valenciano que falleció el pasado sábado por covid después de más de un mes ingresado en el Hospital La Fe. Dany deja mucha vida por vivir, una mujer y dos hijos, (una chica de seis y un chico de tres años). "Que la gente tome conciencia, que el coronavirus no es una tontería y el 'bicho' no baja la guardia", dice Carol Sánchez, la joven viuda del motero. La necesidad de dar a conocer la historia de este valenciano, con raíces en Almansa, tiene el objetivo de animar a la gente a vacunarse y que intenten superar el recelo ante la inmunización. "De verdad, es mejor que te siente mal el pinchazo a verte en la situación en la que se ha visto mi marido", insiste la mujer.

Dany no era negacionista, solo le tenía miedo a la vacuna. No es ni el primero ni el último. Además, el hecho de que viera en algún medio de comunicación el caso de la muerte de un vacunado por una reacción adversa al antídoto fue lo que acabó de reforzar ese temor. "No te voy a engañar y sé que no estuvo bien pero yo también me vacuné cuando le vi las orejas al lobo, que es cuando mi marido se puso enfermo -confiesa Carol- pero al final lo hice. Si me tiene que pasar algo, por lo menos sé que actué responsablemente".

La familia de Dany no sabe dónde se contagió. Este joven estaba de baja laboral por problemas de espalda "y apenas salíamos de casa. Si había que hacer alguna gestión o recado, quien iba era yo", cuenta Carol, de 27 años.

Empezó con los clásicos síntomas: fiebre, dolor de cabeza, pérdida de gusto y olfato... Se aisló en casa hasta que fue a hacerse la prueba PCR. "Apenas se podía incorporar porque se ahogaba", recuerda Carol. Cuando Dany casi no podía articular palabra, su mujer llamó al 112. Una ambulancia lo llevó al hospital donde vieron que tenía la saturación de oxígeno a 70 -"no sabemos ni cómo llegó con vida"-. Eso fue el 13 de agosto, el 14 ya lo pasaron a la UCI. "La verdad es que todo el equipo médico se portó de maravilla, sobre todo un doctor que se llama Álvaro. Gracias a todos ellos".

Aunque en un principio los médicos avisaron que tendrían que entubarlo, una ligera mejoría hizo que se retrasara esa decisión. Fue un espejismo: finalmente hasta el propio Dany acabó pidiendo que lo entubaran. La sensación de asfixia constante era demasiado.

Antes de que lo sedaran, el matrimonio habló por videollamada. "Entonces ya me dijo que en cuanto pudiera, se vacunaría", los estragos del coronavirus hicieron que este joven almanseño y vecino de Orriols, abriera los ojos. Pero fue tarde.

Finalmente, Carol recibió esa llamada que todos quienes tienen a un ser querido en un hospital temen atender. El 18 de septiembre, a las seis de la mañana, una voz les dijo que debían ir a La Fe. Cuando llegaron, Dany había fallecido.

Su funeral tuvo lugar el pasado domingo y los compañeros y amigos de este joven del club de moteros Gas VLC le rindieron homenaje haciendo rugir los motores y 'quemando rueda' frente al tanatorio del barrio de Campanar.

"Dany ayudó a que un amigo nuestro se animara a vacunarse"

Guillermo conocía a Dany desde hace casi 17 años. Fue él quien introdujo al amante del motor en el club Gas VLC. Juntos disfrutaron de escapadas en dos ruedas durante los tres años que Dany perteneció al club. "Llegó de los últimos pero se convirtió en un pilar fundamental", asegura.

Los miembros de esta asociación fueron quienes despidieron con un sentido homenaje de motores al coche fúnebre del joven. "Una de las hermanas de nuestra amigo fue la que nos comunicó que le hubiera hecho mucha ilusión. Así que ni lo pensamos".

Guillermo cuenta que sí conocían las desconfianzas de Dany con respecto a las vacunas contra la covid. "Sí que le aconsejábamos pero al final, cada uno es libre".

Lo cierto es que este terrible desenlace ha tenido algunos nudos buenos: "un amigo nuestro, que tampoco tenía nada claro lo de pincharse, viendo lo que le había ocurrido a Dany, se acercó el domingo a Mestalla para vacunarse".

Sirva entonces la historia de personas como Dany o el piloto Jorge Lis para que el miedo no nos atenace.