La superficie afectada por las coladas de lava que fluyen desde el domingo desde el nuevo volcán de La Palma asciende ya a 153 hectáreas de terreno, según el cálculo que realiza el Instituto Volcanológico de Canarias a partir de las imágenes de satélite del programa Copernicus.

El último mapa facilitado por este programa europeo de seguimiento de emergencias muestra la situación a las 8.14 horas de este martes, 21 de septiembre. Si se compara con el anterior, de las 19.50 del día 20, se observa que el área afectada ha crecido de 103 a 153 hectáreas.

Por su parte, el Instituto Volcanológico de Canarias ha estimado entre 24 y 84 días la duración que puede tener la actual erupción volcánica en la isla de La Palma.

El alcance de la lava en su camino hacia el mar. COPERNICUS

Se trata de un cálculo realizado en base a los datos conocidos sobre la duración de las erupciones históricas ocurridas en la isla, aunque reconocen que se trata de una "pregunta nada fácil de responder". "Por lo tanto, sería aceptable transmitir que nos movemos en el rango de una duración entre los 24 y 84 días, con una media geométrica del orden de los 55 días de duración", han indicado este miércoles.

Además, la erupción ha emitido a la atmósfera entre 6.140 y 11.500 toneladas diarias de dióxido de azufre (SO2), según las mediciones realizadas por el Instituto Volcanológico de Canarias.

De acuerdo con estos datos, y con una estimación del viento a 3.000 metros, la emisión de SO2 durante el tercer día de erupción ha estado entre los 2,2 y 4,2 metros por segundo.

Lejos del peligro de la lava ahora está circulando por redes sociales como WhatsApp y Twitter un documental de La 2 emitido en 2005 en el que se habla de la posible formación de un megatsunami en caso de que estallara el volcán de la isla. El Servicio Geológico de los Estados Unidos​ o USGS por sus siglas en inglés (United States Geological Survey) ha querido acallar los gritos de nerviosismo de muchos usuarios a través de una publicación en la red social del pájaro en la que insta que no caigan en el "clickbait" del megatsunami. Tras estudiar el terreno, Dave Petley, Pro-Vicerrector (Investigación e Innovación) en la Universidad de Sheffield en el Reino Unido, determina en el análisis que ha publicado en la página del USGS que en el peor de los escenarios sí podría ocurrir "un tsunami mucho más pequeño. El modelado del tsunami generado por tal deslizamiento de tierra, utilizando una simulación de tsunami más refinada, genera una ola muy llamativa cerca de La Palma. Esta ola sería significativa al cruzar la plataforma continental frente a la costa este de América del Norte, pero perdería una gran cantidad de energía debido a los efectos de fricción en esta región", explican. "Este no es el escenario desastroso que tanto han disfrutado los periódicos", recalca.

La lava que emana del volcán ya ha engullido a su paso 190 viviendas, pero las autoridades esperan que sean un millar y los daños ocasionados por estos productos volcánicos asciendan a más de 400 millones de euros antes de que el cauce de la gran colada de lava, que en las últimas horas se ha dividido en tres lenguas, alcance el mar. Una circunstancia que se demorará mucho más de lo que en un primer momento se había previsto. Y es que, muchos expertos consideraban que la llegada mar era inminente, sin embargo, la realidad geomorfológica de la isla se ha interpuesto en su camino. El terreno, a partir de Tacande, es mucho más llano, lo que está provocando que la colada se ralentice. Al menos eso ocurre en la boca principal, que ya va formando su propio cono volcánico y se comporta con un verdadero soplete de lava y piroclastos. La boca que le acompaña desde la noche del lunes –y que surgió a unos 600 metros de la primera–, por el momento, está soltando lava más líquida y desplazándose algo más rápido. La velocidad que ha adquirido es mayor que su gemela y empieza a arrasar lo que pronto dejará de ser el barrio de Tacande. A última hora de la tarde, la boca principal del volcán sufrió una nueva e importante erupción. Poco después, la lava empezó a salir por una nueva boca, la décima que se ha contabilizado, al norte de la primera y a tan solo unos metros de distancia de ella.