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Asturias exporta talentos

Emilio Martínez-Pañeda: “Veo a Asturias en declive, exporta talento pero no lo atrae”

“En Asturias trabaja gente excepcional, pero para regresar tendría que tener los mismos recursos y ambiente que tengo en el Imperial College”

Emilio Martínez-Pañeda, en el Imperial College de Londres.

EMILIO MARTÍNEZ-PAÑEDA (Londres). “Senior lecturer” (profesor titular de Universidad) e investigador distinguido (UKRI Future Leaders Fellow) en el Imperial College de Londres, donde dirige el grupo de investigación de Mecánica de Materiales. Durante sus 8 años de carrera académica, el ovetense Martínez-Pañeda ha publicado 52 artículos científicos de alto impacto. Ha recibido este año el premio anual al mejor ingeniero joven de Reino Unido.

Emilio Martínez-Pañeda: “Veo a Asturias en declive, exporta talento pero no lo atrae”

Emilio Martínez-Pañeda: “Veo a Asturias en declive, exporta talento pero no lo atrae”

Emilio Martínez-Pañeda (Oviedo, 1987) ha pasado la mayor parte de su vida en Asturias y continúa visitándola con mucha frecuencia, así que no le ha dado tiempo a desarrollar mucha nostalgia. Lo que más echa de menos es lo que hace “cada vez que visito nuestra tierrina: pasar tiempo con los amigos y la familia, disfrutar de nuestra excelente gastronomía, y volver a visitar nuestros increíbles paisajes”.

Recuerda con “mucha gratitud la formación excelente que recibí en Matemáticas en el Instituto Aramo de Oviedo. Creo que esa generación de profesores de Matemáticas ya se ha jubilado, pero espero que la tradición se haya mantenido. La formación matemática que recibí en el IES Aramo me hizo empezar la carrera de Ingeniería Industrial con el mejor pie y desarrollar una pasión por las matemáticas que ha acompañado toda mi carrera profesional”.

Visto desde exterior “no parece que las cosas vayan a mejor. Da la impresión de que no se está dando suficiente importancia a áreas claves para cualquier economía desarrollada como son la industria, la tecnología, la ciencia y la investigación. Yo veo a Asturias en declive, la verdad. Muchos de mis compañeros de carrera (Ingeniería Industrial, Universidad de Oviedo) han emigrado. Exportamos talento, pero no lo atraemos”.

Como parte de su tesis doctoral pasó largos periodos en Dinamarca y Cambridge. Le impactaron “los recursos que había, la concentración de talento y su forma de pensar y ambición. En ese momento decidí que yo quería formar parte de ese ambiente”.

Asturias tira a nivel emocional, pero “la verdad es que no creo que vuelva a Asturias de forma permanente hasta mi jubilación. En Asturias trabaja gente excepcional y continuaré colaborando con ellos todo lo posible, pero para regresar tendría que tener los mismos recursos y ambiente que tengo en el Imperial College de Londres, una Universidad en el top 10 mundial. No solo es cuestión de medios, es la reputación de la institución y la facilidad de atraer talento de todas partes del mundo”.

La carrera científica se enriquece mucho con la movilidad “y esto es algo que he explotado todo lo que he podido. Lo que también significa que viví en 4 países diferentes en un mismo año. Pero no veo esto como un obstáculo, sino como una experiencia muy enriquecedora. El mayor obstáculo posiblemente haya sido conseguir la plaza de profesor en el Imperial College. Se presentaron cientos de candidatos para una plaza y la gran mayoría con estudios en las mejores universidades del mundo”. ¿Hay soluciones aprendidas en el exterior que podrían trasladarse al presente asturiano? “Desde luego. Y no hace falta salir de España. El País Vasco es un buen ejemplo de cómo mantener una industria competitiva. Y Cataluña ha demostrado que, en el marco legislativo español, es posible dar un cambio radical a las universidades: hacerlas competitivas, internacionalizarlas”.

La pandemia, señala, “nos ha enseñado una vez más la importancia de tener un sector científico de primer nivel. Los países que tuvieron un acceso más rápido y abundante a las vacunas fueron los que primero pudieron desarrollarlas”.

Está todo inventado: “Solo hace falta voluntad política. Es mucho más fácil de lo que parece hacer de Asturias un sitio que atraiga talento. Desde el punto de vista de la ciencia y las universidades, solo hay que seguir la vía catalana. Ya se han hecho algunos pasos, con el programa “Margarita Salas”, un hermano pequeño del “Icrea” catalán. Pero falta lo más importante: un programa como el “Serra Hunter”, que todas las plazas de entrada a las universidades salgan a competición internacional y que la movilidad sea un requisito. Hay quien dice que Asturias no se puede comparar a Londres o Barcelona, pero el otro día hablaba con unos amigos de la Universidad de Swansea (Gales): más del 50% de su plantilla de profesores viene del extranjero”.

“Esto no es sorprendente”, subraya, “científicos de todo el mundo saben dónde se anuncian sus plazas de profesor y para competir por ellas solo tienen que enviar su CV y una carta con sus planes futuros. Se puede cambiar radicalmente la atracción de talento sin gastar un solo euro, solo modernizando los procesos de contratación”. A un joven que se plantee salir fuera le dice: “Que lo haga sin miedo. Aunque me dicen que las cosas han empeorado con Bolonia, la realidad es que la formación que se da en ciencia e ingeniería en las universidades públicas españolas es por lo general muy buena. Incluso si uno tiene pensado volver a Asturias, salir al extranjero es muy recomendable. Es imprescindible en una carrera científica, pero también muy enriquecedor para quien trabaje en la industria”.

Por cierto, ¿cómo se divierte un asturiano en Londres? “Hay mil y una actividades, pero yo me he integrado en la cultura británica, así que hago como ellos: trabajo duro en el Reino Unido y luego me voy de vacaciones a Asturias. Y si tengo nostalgia voy a comer al Ibérica de Nacho Manzano (debería cobrar por decir esto, je, je)”.

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