“El Sudario que se guarda en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo es el origen real de las peregrinaciones medievales, que luego se extendieron a Santiago”. Así lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA Jorge Manuel Rodríguez Almenar, presidente del Centro Español de Sindonología, que inauguró el ciclo organizado por este periódico con motivo del 1.200.º aniversario de la dedicación de la Catedral de Oviedo, que se conmemora el próximo trece de octubre.
Rodríguez Almenar, profesor del Departamento de Derecho civil de la Universidad de Valencia, fue presentado por Jesús García Iglesias, Catedrático jubilado de la Escuela de Minas, especialista en el Santo Sudario.
A lo largo de toda la charla, organizada en colaboración con Fundeso, Rodríguez Almenar dejó constancia de la trascendencia de la reliquia ovetense para la historia de la cristiandad. “Tienen ustedes un tesoro de valor incalculable; se trata de una de las tres reliquias más importantes del cristianismo, de hecho la Catedral tiene la consideración de ‘sancta’ por la importancia de sus reliquias, muy superiores a otras, salvo la sábana de Turín”, señaló Rodríguez Almenar. La sábana de tejido noble que se conserva en la Catedral Turín era la típica que sólo se utilizaba para grandes entierros, en ningún caso para un ajusticiado en la cruz. “Jesús fue enterrado por sus seguidores que le consideraban rey de Israel , de ahí el uso de la síndone y el sudario”, recalcó el conferenciante.
Presencia de sangre
Sobre las dudas que se suscitan acerca de la autenticidad del lienzo y la presencia de sangre, Rodríguez Almenar dijo claramente que “si en el Sudario no se pudiera asegurar que hay sangre no se podría asegurar en ningún otro caso visto ante los tribunales; tenemos fotografías de glóbulos rojos conservados entre restos de mirra y aloe”. “Algún ‘francotirador’ ha escrito que no se podía saber si era sangre o no. Quien afirma esto no se ha molestado ni siquiera en ver las fotos de nuestras publicaciones”, abundó.
