La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los cuadros a la venta de los Selgas estaban ya en Cudillero hace casi un siglo

El patronato de noviembre pasado aprobó una declaración, cuya legalidad ahora cuestiona el Principado, excluyendo al Goya y al Greco de la dotación de la fundación

“Aníbal vencedor”, de Goya.

El diputado regional de Podemos, el escritor Ricardo Menéndez Salmón, acudió al comentario que le hizo un amigo para señalar la clave donde radica el escándalo desatado en torno a la gestión y salida de Asturias del importante patrimonio de la Fundación Selgas en El Pito, Cudillero. En la reciente comparecencia que la consejera de Cultura, Berta Piñán, hizo en la Junta para aclarar su controvertida actuación en este caso, Salmón ironizó diciendo que se había producido una “transubstanciación” de las dos obras, un Goya y un Greco, que la Fundación puso a la venta para afrontar sus importantes problemas económicos, según argumentan sus responsables.

Esa transubstanciación –equiparable a la que se obra en la eucaristía cuando, a través de una plegaria, el sacerdote convierte el pan y el vino en carne y cuerpo de Cristo– consistiría en lo siguiente: en la reunión de noviembre de 2020, el patronato de la Fundación aprobó una declaración de que los cuadros no era bienes adscritos a la dotación de la entidad. Esta declaración apoyada por todos los patronos, cuya legalidad ha llegado a cuestionar el Gobierno asturiano, permitiría efectuar las dos ventas sin caer en la ilegalidad, por haberse vulnerado los estatutos de una entidad creada precisamente en 1991 para mantener la integridad de La Quinta y sus colecciones.

La consejera Piñán forma parte del patronato junto con el alcalde de Cudillero, Carlos Valle, y otros representantes de la Universidad y de la Iglesia asturiana. Piñán no asistió a aquella reunión de noviembre. Delegó su voto en el presidente de la Fundación, que lo usó para respaldar la “transubstanciación” de los cuadros y dar vía libre a las ventas. Aunque después la consejera se arrepintió de delegar el voto y se opuso a la venta de dos obras tan relevantes para el patrimonio asturiano, Piñán está metida en un atolladero. Por eso quiere aclarar si esos cuadros pertenecen o no a la dotación fundacional de la Fundación y, por tanto, si estaban blindados contra la venta. La Fundación, según reiteró Piñán en su intervención, ha negado reiteradamente que el Goya o el Greco estén amparados por los estatutos. Es decir, que no forman parte de la colección de El Pito. En caso contrario, la fiscalía, que ya ha abierto diligencias tras denuncia de Podemos y Foro, sí encontraría un hilo del que tirar hasta llegar a un posible delito.

LA NUEVA ESPAÑA ha accedido a las fichas originales del inventario de bienes efectuado en 1993 por encargo de la Fundación. En ellas consta que, al menos desde noviembre de 1924 –hace ya casi un siglo– las dos obras se encontraban colgadas en el palacio de El Pito. Así lo atestigua el inventario hecho por Juan de Selgas en la fecha mencionada.

El Greco de la Inmaculada de los Selgas. | L.M.

Con respecto a la obra del Greco se dice textualmente: “Fue adquirido el cuadro hacia 1890 por don Ezequiel Selgas y el suegro de Fortunato en Madrid. Aparece mencionado en el inventario realizado por Juan de Selgas el 1 de noviembre de 1924 con idéntica localización a la que ocupa en la actualidad (biblioteca del palacio de El Pito). En diciembre de 1936 fue robado en la calle Jorge Juan, número 7 de Madrid, domicilio de la familia Selgas en la capital. Fue llevado a México con los exiliados de la guerra, y desde allí pasó a Estados Unidos, donde fue localizado. Un pleito legal certificó la propiedad de la pieza, reintegrándose ‘La ascensión’ a España. El 25 de junio de 1975 fue depositado en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid, y posteriormente, devuelto a la familia”.

Con respecto a la obra de Goya, el “Aníbal vencedor”, se dice: “Aparece mencionado en el inventario realizado por Juan de Selgas, con idéntica localización a la que presenta en la actualidad (Tocador Luis XVI del palacio de El Pito). Existe así mismo un recibo con fecha de 3 de mayo de 1890 en el que se deja constancia que el cuadro fue adquirido por Ezequiel de Selgas a Pedro Bosch por 5.000 reales en Madrid”.

En el mismo sentido se manifiesta la catedrática de Arte Mari Cruz Morales en el libro “La Quinta. La obra de Ezequiel y Fortunato Selgas en Asturias y la Fundación Selgas-Fagalde”, editado por esta última entidad en junio de 1996. En ese libro se reitera que el Goya está en el Tocador Luis XVI y que el Greco es “la pieza más interesante” de la biblioteca de El Pito.

Los estatutos de la fundación son claros sobre la disgregación de la colección. Al hablar del “capital fundacional o de dotación” de la entidad cita La Quinta de El Pito “con todas sus colecciones artísticas” y dice que tiene carácter “de no enajenable, absolutamente”. En el artículo 1 de los estatutos se remarca que entre la “naturaleza y fines” de la entidad está el mantenimiento de La Quinta con todo su contenido artístico. Por ello se indica que todo deberá “regularse en forma de que se evite su deterioro o degradación y, en todo caso, mantener unido sin permitir la dispersión de ninguna de sus piezas o elementos”. Este periódico intentó ayer, sin éxito, contactar con la Fundación para aportar su opinión sobre el caso.

La venta del Goya: ¿por la crisis económica del covid o una decisión largamente acariciada?

La intervención de la consejera de Cultura el pasado día 24 en la Junta no solo despejó todas las dudas, sino que abrió otras nuevas. Entre ellas, ¿por qué razón la Fundación decidió vender realmente el cuadro de Goya al Prado? ¿Ya estaba previsto o era para afrontar la caída de ingresos derivada del impacto de la pandemia en los negocios que aportan las rentas anuales que sostienen a la entidad? Piñán admitió que la primera vez que había conocido las intenciones de enajenar esa obra fue en la reunión del patronato de la Fundación en 21 de mayo de 2020. “En el orden del día había un punto 4 denominado ‘Posibles efectos de la crisis del covid en el segundo trimestre del 2020’. Llegado el momento de tratarlo, se habla de la venta de esas obras como algo realmente ya acordado en juntas previas del patronato y que la Presidencia va a seguir con esas gestiones”. Efectivamente, en el patronato de noviembre de 2020 se aprobó la venta, con el apoyo de Piñán (que no asistió y delegó su voto). En el acta se cuenta que “la situación a final del año de los ingresos ordinarios hace previsible la necesidad de un aumento de financiación”. Por eso se habla de negociar un préstamo de 660.000 euros y de la venta del Goya, a “precio probablemente por debajo de mercado”. En acta se dice, no obstante, que con esa venta “se consigue un compromiso del Patronato, tomado hace mucho tiempo, que dicho cuadro forme parte de la colección del Prado”. A posteriori, la Fundación aseguró a este periódico que la venta había sido analizada en “once reuniones” anteriores del patronato. En esa nota se decía que “el cuadro se vendió a precio de mercado”.

Compartir el artículo

stats