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Steinem: “No habrá igualdad hasta que los hombres cuiden a los hijos como hacen las mujeres”

La premiada en Comunicación se niega a ser tratada como “un icono feminista” y en un encuentro con estudiantes proclama que “la revolución todavía está en marcha”

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Gloria Steinem: "No quiero ser un icono del feminismo"

Gloria Steinem (Ohio, Estados Unidos; 1934), “Princesa de Asturias” de Comunicación y Humanidades en la actual edición de los premios, no quiere ser tratada como “un icono del feminismo”. “Yo sólo soy una persona, los iconos están en las iglesias”, se quejó. Convencida de que los grandes cambios sociales son impulsados por la gente, en comunidad y durante varias generaciones, Steinem se ve como un eslabón más de la larga cadena de mujeres que ha contribuido a mejorar la vida de sus congéneres. “Sé que si desapareciese mañana el movimiento seguiría, y eso me hace sentir muy feliz”, manifestó.

Ayer Steinem se sentó ante trescientos adolescentes, en el almacén de la antigua Fábrica de Armas de La Vega, en Oviedo, y se sometió a sus preguntas y a las de los alumnos de otros once centros educativos, de toda Asturias. Con ellos habló de feminismo, igualdad y democracia. “El feminismo consiste en añadir a la mitad femenina de la población a la democracia”, explicó a los chavales. “La revolución todavía está en marcha”, proclamó y advirtió que todavía hay pendientes avances elementales. “Hasta que los hombres no cuiden de sus hijos dentro de los hogares igual que lo hacen las mujeres no habrá igualdad”, para empezar. 

Steinem alentó a los adolescentes. “El futuro está en vuestras manos”, les dijo. “Algún día el feminismo será simplemente humanismo”, respondió Steinem a una de sus jóvenes interlocutoras, durante el intercambio de preguntas y respuestas que dirigió la profesora de Filología Inglesa de la Universidad de Oviedo Alejandra Moreno. Pero ese momento aún no ha llegado, admitió, así que sigue siendo necesario usar palabras específicas para hacer evidentes las injusticias.

A su llegada a La Vega, Gloria Steinem, periodista y fundadora de la revista feminista “Ms”, ojeó los trabajos que profesores y alumnos prepararon en clase para el programa escolar “Toma la palabra”, que cada curso organiza la Fundación Princesa de Asturias. Los chicos tenían que dedicar una revista a Steinem, sobre feminismo y sobre los retos del siglo XXI. Las publicaciones se expusieron en un quiosco, en el pasillo del almacén de la antigua Fábrica de Armas, y docentes y estudiantes las comentaron con Steinem.

Por un momento, durante el encuentro, la histórica feminista se puso en el lugar de su joven audiencia. Si ella tuviera 18 años hoy en día sus mayores preocupaciones seguirían siendo las mismas de cuando empezó su activismo, “la integridad física, la libertad reproductiva y la igualdad de oportunidades laborales”.

Gloria Steinem habló en La Vega sobre sus primeras lecturas. “Leí todas las obras de Louisa May Alcott cuando tenía nueve o diez años. Fue mi compañía durante la infancia. Había escrito ‘Mujercitas’, que retrata una sociedad totalmente femenina, por la guerra civil de Estados Unidos. Ella creo esa literatura femenina”, comentó. También echó la vista atrás, para contar como surgió en ella el compromiso feminista y antirracista. “Fui creando mi propio mundo para compensar la desigualdad que veía, pero no fue hasta graduarme y vivir en la India cuando fui consciente de que podía haber un movimiento por la igualdad de la mujer”, contó. En un momento del diálogo evocó la Conferencia Nacional de la Mujer de 1977 en Houston, “abierta y democrática, la primera para elegir delegaciones que representasen a la mitad femenina de la población”. “Vivíamos en un mundo de patriarcado, un patriarcado racista, y era fundamental que se oyeran las voces de las mujeres. Todavía estamos en la revolución, en Estados Unidos nunca ha habido una mujer presidente, así que seguimos adelante”, continuó y luego, refiriéndose a los indígenas americanos, afirmó que “el patriarcado llegó a América con los europeos y el cristianismo”. 

Steinem sostiene que “somos animales comunales” y que el mundo se mueve en círculos. Los círculos de los que ella habla son en los que los ciudadanos se reúnen para enseñar y aprender, y se inspiran unos a otros. Entre esos grupos de los que hay mucho que aprender, la activista situó a los transgénero. “Clase, género y raza son constructos sociales, somos seres singulares. Los movimientos transgénero nos ayudan a trascender esos constructos”, defendió.

Por lo demás, Steinem, que se maneja por la vida con una curiosidad inagotable y una humildad impactante, aseguró que de lo único que se arrepiente es “del tiempo perdido” y que solo le “obsesiona lo que no he logrado hacer”. Por ejemplo, terminar en plazo el libro que se trae entre manos, sobre las mujeres que impulsaron el movimiento por los derechos civiles. 

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