Hace justo un año, el enfermero Javier García Fernández solo trabajaba y trabajaba. Su misión era frenar la expansión del covid en la residencia de mayores de Grado, uno de los geriátricos más castigados de Asturias por la pandemia. “Fue muy duro, estábamos hasta las tres de la madrugada implementando medidas, yo solo iba a casa a dormir. Llegamos a usar hasta guantes de la fruta”, confesó.
García fue uno de los trece sanitarios que, en plena segunda ola, recogió en el teatro Campoamor de Oviedo el premio “Princesa” de la Concordia 2020, concedido a los profesionales que libraron en primera línea la “guerra” del coronavirus. Ayer, con la pandemia casi superada, el joven enfermero respiraba aliviado en la entrega al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) de los símbolos del galardón: la escultura de Joan Miró, un diploma, una insignia y el acta del jurado.
“El epicentro fue aquí, pero no estaría de más hacer una fotocopia del diploma y mandarlo a cada centro de salud y a cada residencia, porque se trabajó contra el covid a todos los niveles”, reivindicó este enfermero, que hoy desarrolla su labor en el consultorio de Otero, en Oviedo.
Aunque la vitrina descubierta ayer por el presidente del Principado, Adrián Barbón, y el presidente de la Fundación Princesa de Asturias, Luis Fernández-Vega, “servirá de recuerdo permanente”, en palabras del oftanmólogo, los protagonistas del galardón reclaman más reconocimientos “en el día a día”.
“La ciudadanía tiene un poco de amnesia. Necesitamos que se respete nuestra labor. Sobre todo, la que no se ve: limpiadoras, cuidadoras de residencias, celadores... Y espero que la pandemia sirva para replantearse cómo está la sanidad, sobre todo, la primaria”, manifestó Javier García, a cuyas palabras se unió el médico de la UCI del HUCA Salvador Balboa, otro de los representantes del colectivo sanitario. “Espero que la ciudadanía tome conciencia de nuestro trabajo en el día a día, porque estas cosas (por el virus) se olvidan rápido”, expresó.
Al especialista en cuidado intensivos también se le vino a la mente los momentos más duros de la pandemia: “La presión asistencial durante los Premios Princesa del año pasado era muy alta. Afortunadamente, con la vacunación eso fue a menos y en el último mes hemos tenido muy pocos ingresos”. Ahora y “tras dos semanas a cero”, contó, hay una veintena de infectados hospitalizados y “dos pacientes en la UCI”.
Junto a Javier García y a Salvador Balboa, estuvieron en el breve pero emotivo acto de ayer otros siete sanitarios asturianos: María Jesús Amaro (personal de limpieza), María Pilar Martínez (técnico de auxiliar de enfermería), Pablo Corzo (técnico de ambulancia) Fernando Valdés (celador), Carmen Palomo (médica interna), Rocío García (técnico especialista en radiodiganóstico) y María Luisa Pérez (secretaria en la UCI).
“No me cansaré de decíroslo: todos habéis sido elementos fundamentales en esta batalla”, dijo el presidente Adrián Barbón, dirigiéndose a ellos y al resto de sanitarios que siguieron el acto desde el atrio del HUCA. “Porque esta ha sido una batalla –aclaró el Presidente–, una guerra muy dura, con muchos campos, distribuidos por muchos espacios”. Pero, añadió, “si hubo un espacio que ha reflejado esta dura batalla es el HUCA, el corazón de nuestro sistema sanitario”.
El jefe del Ejecutivo reivindicó el Hospital Universitario Central de Asturias como “el mejor sitio para recordar” la lucha de los sanitarios españoles frente al covid e insistió en que el reconocimiento era una “cuestión de justicia”. Fueron testigos del descubriendo de los atributos numerosas autoridades, entre ellas, la presidenta del CSIC, Rosa Menéndez, quien avanzó que todavía no hay fecha de lanzamiento para ninguno de los proyectos de vacuna que tiene España. “La más avanzada está en manos de la Agencia Española del Medicamento”, aclaró. En cualquier caso, apuntó, “seguimos trabajando”, porque “pueden venir otras pandemias”.
