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Steinem: “La sociedad llegará a ser igualitaria, pero queda un camino largo y complicado”

La icónica feminista, premio de Comunicación y Humanidades, reivindica a las mujeres que la precedieron y brinda su apoyo a las jóvenes

Gloria Steinem aplaude a la prensa y al público a su llegada a Oviedo. | Miki López

Tras toda una vida en la carretera y en el activismo, Gloria Steinem, el gran icono vivo del feminismo, se mantiene fiel a su lucha y a su propio mito. Llegó a Oviedo, ayer, hacia la una y media de la tarde, y desde el principio se mostró más interesada en escuchar y aprender que en dar lecciones de nada. Pese a ello, en su primer día en Asturias dejó un buen puñado de ellas, sobre feminismo y sobre periodismo. La galardonada de este año con el “Princesa de Asturias” de Comunicación y Humanidades, la cuarta mujer en esa categoría en la historia de los premios, tiene el convencimiento de que “la sociedad llegará a ser igualitaria”. Sus 87 años de experiencia le dan argumentos para creerlo. “Una de las ventajas de mi edad es que recuerdo tiempos peores y eso hace que tenga esperanza en el futuro”, declaró, aunque avisó de que aún queda mucha carretera por delante, un “camino largo y complicado”.

La edad ha aligerado la silueta de la activista, su paso y su voz, pero pese a ello mantiene los ideales y la tenacidad de su juventud. Con sus grandes gafas oscuras, su melena con raya al medio, sus pantalones y sus jerseys de cuello alto, el cinturón a la cadera, su imagen, tan setentera es inconfundible y a estas alturas ya es atemporal.

Ayer, durante la rueda de prensa organizada por la Fundación Princesa de Asturias, Gloria Steinem tuvo palabras de reconocimiento para las que la precedieron: “Ha habido generaciones y generaciones antes, luchando simplemente por el derecho a voto en mi país o por otras muchas formas de libertad”.

Steinem también tubo un recuerdo para las que la han acompañado a lo largo de su vida. La concesión del “Princesa de Asturias” le ha hecho pensar en mujeres como Wilma Mankiller. “Un nombre un poco extraño porque “mankiller” significa “asesina de hombres” pero era el nombre de una guerrera, jefa de la nación cherokee”, comentó. El recuerdo de Mankiller, amiga y compañera, ayuda a Steinem a no perder de vista que “existió una época prepatriarcado donde el liderazgo se repartía de manera más equitativa”. También se acordó de otra de sus cómplices, Alice Walker, “una de las mejores escritoras contemporáneas del mundo, que hace brotar flores y hierba de las páginas con su escritura, sin ningún estereotipo. Si no han leído su obra se la recomiendo encarecidamente, háganlo ya”. “Y podría seguir dando nombres, sin parar, porque ese es el éxito del movimiento”, continuó, “que nos veamos, que aprendamos las unas de la otras, como sujetos únicos y que nos valoremos, no como lo hace la sociedad, por el sueldo o la relación con un varón de prestigio, sino que nos veamos las unas a las otras como personas valiosas y únicas”.

Steinem también tuvo palabras para las que vienen detrás. “Mi mensaje es que estoy aquí para apoyarlas, no para decirles lo que tienen que hacer, eso es justo lo contrario que pretende el movimiento de liberación”, matizó. La lucha continúa, dejó patente Steinem durante su intervención. “Para el feminismo el principal desafío es el patriarcado, que se extiende por el mundo a través de sistemas políticos en los que los varones poseen a las mujeres como medio de reproducción y como mano de obra”, explicó.

Todavía no está todo ganado, ni mucho menos. La periodista apuntó hacia su propio país, al estado de Texas, con las nuevas restricciones al aborto, y advirtió de que el patriarcado no solo afecta a las mujeres, sino que “también acorta las posibilidades de vida de los hombres”. Es un sistema que “controla a las mujeres como úteros andantes y decide qué grupo social va a conseguir mejor calidad de vida, un sistema que promueve la desigualdad y que está muy arraigado”.

Aunque consciente de todo ello, la activista no pierde la fe: “A lo largo de mi vida he visto tanto cambio... Veo jóvenes, mujeres y hombres, que no sienten las mismas divisiones de antes. Siento ese aliento y esa esperanza”.

Steinem también hizo algunas reflexiones sobre el periodismo: “Cuando escribimos de los demás debemos escribir sobre ellos como nos gustaría que escribieran de nosotros, con la misma precisión y la misma compasión”. La fundadora de la revista feminista “Ms”, que ha publicado sus artículos y reportajes en lo grandes medios estadounidenses, asegura, que pese a la expectación que genera, sigue sintiéndose un poco “extraña siendo la protagonista de una rueda de prensa”. Ayer, durante la media hora en la que atendió a los periodistas telemáticamente les animó a que, además de hacerle preguntas, le diesen sus respuestas, si es que las tenían. “Esto va a ser educativo y supongo que me lo merezco después de someter a otros a mis preguntas”, bromeó.

Steinem dejó bien claro que lo que más le gusta es escuchar y que, durante este año de covid, sin poder viajar, es lo que más ha echado en falta. “Se puede aprender a través del pensamiento razonado sin moverse de un lugar, pero es más interesante escuchar a la gente, aprender de la diversidad”, en su opinión.

La escucha es de las mejores cosas que se pueden ofrecer, especialmente a las mujeres que afrontan mayor desigualdad. “Las mujeres afganas, o las de la India, donde estuve viviendo dos años, hablan de manera clara y con su propia voz y lo que podemos hacer es escucharlas y hacernos eco de lo que están diciendo, para garantizar que estén más presentes en los medios de comunicación”, indicó.

Elena FERNÁNDEZ-PELLO

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