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El robot más cooperante

La directora de Camfed, premio de Cooperación Internacional, elogia la instalación dedicada a su organización en La Vega

La activista británica Lucy Lake, admirando ayer en La Vega la instalación “Sylva” basada en su trabajo. | Miki López

Unos brazos robóticos de color blanco se mueven sobre un jardín flotante. Siembran, riegan y miran a los visitantes. Los robots hacen crecer y cambiar el paisaje basándose en “los indicadores clave de rendimiento” de Camfed, la ONG que dirige la británica Lucy Lake y que este año ha recibido el premio de Cooperación Internacional. Su organización, que lucha por la educación de las niñas en África resalta el papel de la escolarización en el cambio social. La educación rompe el ciclo de la pobreza y crea sociedades más prósperas, al mismo tiempo que las hace más inclusivas e igualitarias. La instalación que mezcla arte y tecnología trata de representar de manera visual ese papel transformador de la educación. La activista británica, acompañada de su hija Rose Swales, pudo admirar ayer la instalación, llamada “Sylva”, creada por el estudio internacional de arquitectura MAEID, y que la Fundación Princesa de Asturias le ha dedicado a su trabajo.

Tras ver los grandes brazos robóticos, la británica celebró las actividades culturales de La Vega: “La Fábrica da otra dimensión a nuestro trabajo y creo que al de todos los galardonados”. Lake aseguró ayer que le encantaría que todos los trabajadores de Camfed pudiesen disfrutar de lo que ha hecho la Fundación, convirtiendo en arte su esfuerzo. “Estos primeros días en Asturias han sido impresionantes, ha sido una bienvenida increíble”, señaló la representante de la organización galardonada con el premio “Princesa de Asturias” de Cooperación Internacional. Lake visitó al completo la Fábrica, acompañada de una guía que le explicó hasta el último detalle de las instalaciones.

En el centro, Lucy Lake, en La Vega, acompañada de su hija Rose Swales (a la izquierda) y una empleada de la Fundación. | Miki López

A la premiada le interesó especialmente la entrada, dedicada a las voces del feminismo, disfrutó con la instalación de mochilas escolares que cuelgan del techo y con los trabajos de los niños en la zona “Toma la Palabra”. Tampoco se perdieron, ni ella ni su hija, la selección de vídeos de Marina Abramovic, premio “Princesa de Asturias” de las Artes. Las proyecciones de las perfomances de la serbia se muestran en el espectacular edificio de la Escuela de Artes y Oficios.

Un empleado de la Fundación acompañó a la galardonada durante los últimos compases de su visita, explicándole que esos terrenos que estos días están convertidos en experiencia artística, son en realidad una fábrica que ha estado abandonada durante años. Atenta, Lake asentía y repreguntaba detalles mientras recorría las calles que separan las naves del viejo recinto fabril.

La directora de la ONG Camfed, que no está acostumbrada a los grandes recibimientos, los aplausos ni las fotos, reiteró su agradecimiento a la fundación y a Asturias por el tratamiento que está recibiendo desde su llegada a los premios.

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