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José Andrés monta su equipo para emergencias en las aulas asturianas

El cocinero aplaude las ideas de los estudiantes del Principado para repartir comida en situaciones de máxima urgencia: “Aquí está ya todo hecho”

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José Andrés encuentra "equipo" solidario para las cocinas de Asturias Luisma Murias

Pueden estar tranquilos en el bajo Nalón. En una hipotética situación de aislamiento debido a que el río se desbordase y cortase todas las comunicaciones terrestres –las crecidas son habituales en la zona–, la población de Pravia no pasaría hambre. Eso está asegurado. Todo gracias al plan de respuesta ante dicha emergencia diseñado por los alumnos del módulo de hostelería del Instituto de Educación Secundaria (IES) praviano.

Un aval que no han recibido de cualquiera, sino de José Andrés, el universal cocinero asturiano, además de alma y motor de World Central Kitchen, una fundación que impulsó en 2010 precisamente para eso: para llevar comida a los residentes en zonas azotadas por catástrofes. Por su trabajo incansable y ejemplar alrededor de todo el mundo, José Andrés ha recibido el premio “Princesa de Asturias” de la Concordia que este mismo viernes recoge, junto al director de la fundación, Natel Mook, en el Teatro Campoamor de Oviedo.

“Nate, ya tenemos equipo en Asturias. Ya está hecho. Buen trabajo”, resumió rotundo el cocinero después de que Sofía Hernando Martín, alumna del centro de Pravia, le explicase el plan diseñado por sus compañeros –le acompañaron Carlos Manuel Cuervo, estudiante, y María Antonia Vivanco, directora– por encargo de la Fundación Princesa de Asturias con motivo de la entrega de los premios.

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José Andrés revoluciona el mercado del Fontán de Oviedo Miki López

Los pravianos recibieron orgullosos la felicitación, pero también se vieron sometidos a las preguntas de José Andrés, al igual que los otros dos grupos de estudiantes presentes en La Vega para explicarle sus ideas: los del IES Valle de Aller y de Llanes. Para los tres tuvo el cocinero felicitaciones, pero también consejos, advertencias y, por qué no, algún que otro reproche.

Reproches que son lecciones no solo para los atentos estudiantes asturianos, sino para todo el mundo en general. “Lo más importante, más que hacer el plan, es hacer la comida. Si alojas a la gente junto al río y la zona se inunda, ¿qué pasa?”, espetó a los del Valle de Aller. “Si todo el mundo se dedica a planear, pero no a trabajar, no vale para nada. Más que perder el tiempo en reuniones, hay que actuar y ya. Y tener capacidad de adaptación por si algo planeado no sirve”, advirtió José Andrés, curtido en mil y un batallas tras llevar comida a zonas azotadas por huracanes, terremotos, inundaciones, crisis políticas y humanitarias (Afganistán, Sudamérica) y volcanes como La Palma.

La gente no quiere limosna, sino dignidad. No les hagamos esperar horas y horas en las colas del hambre, sino démosles talones para que puedan ir al chigre a comer o a comprar a una tienda

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Acto seguido le tocó el turno a los de Llanes. A ellos les habló de la importancia de distribuir bien la comida, otro de los pilares en los que se apoya World Central Kitchen. “Si el alimento no llega bien a la gente, no sirve para nada”, dijo. “Una de las cosas principales es la distribución, puerta a puerta, tener una red que logre esto, para repartir toda la comida. Por eso yo siempre digo que lo importante no es hacerse la foto, el selfi, con una gran montaña de comida detrás, sino que esté vacío, porque eso indica que la comida estará repartida”.

A los pravianos les aconsejó prevención y antelación, porque si una zona es susceptible de inundarse y, por tanto, de quedar aislada, ¿por qué no hacer acopio antes? “Si puede llegar a pasar, está bien calcular la cantidad de comida que se necesitará y tenerla acumulada”, zanjó el cocinero mierense.

Aspiro a que las ONG desaparezcan del mundo, ese día tendremos una gran fiesta

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En el acto estuvieron representantes de organizaciones asturianas que trabajan para ayudar a la gente más necesitada: Mar de Niebla, las cocinas económicas de Oviedo y de Gijón, Banco de Alimentos de Asturias, Asociación de Cocina Solidaria de Mieres, Fundación Alimerka y Albergue Covadonga. Unos colectivos fundamentales y muy necesarios, cuya existencia es necesaria... “por desgracia”. Así lo apostilló José Andrés: “Gracias a Dios que lo hacéis, pero qué desgracia que tengáis que seguir haciéndolo. Para que sea así y para que nunca os falte dinero para comida yo pediré a los que mandan, siempre que pueda, que os den dinero. Pero aspiro que las ONG desaparezcan del mundo, ese día tendremos una gran fiesta”.

Y es que el chef defendió, ante los alumnos y el resto de presentes, una forma de ayuda más avanzada, en la que el necesitado recupere “su dignidad”. Porque, advirtió, “la gente no quiere limosna, sino dignidad. No les hagamos esperar horas y horas en las colas del hambre, sino démosles talones para que puedan ir al chigre a comer o a comprar a una tienda. De esa forma generaremos empleo, actividad económica y, lo más importante, que la gente recupere su dignidad”.

Ante un mensaje tan rotundo y defendido con tanto ímpetu, el cocinero solo pudo recibir aplausos, muchos. Y todo, como él reconoció, por nada nuevo: “No es nada genial. Esta idea de llevar comida a la gente que la necesita no es mía, sino universal, ya lo hizo Jesús cuando multiplicó el pan y los peces y luego cocinó para los apóstoles. Dar de comer al prójimo viene de siglos”.

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