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Nate Mook Director de World Central Kitchen, premio “Princesa de Asturias” de la Concordia

Nate Mook: “El gran reto mundial futuro será afrontar las migraciones en busca de comida”

“World Central Kitchen se financia en un 70% de donaciones a título individual, algo de las empresas y no mucho de los gobiernos”

Nate Mook, en un acto en La Vega. | Luisma Murias

Nate Mook (Washington DC, 1982) se dedicaba al mundo del cine hasta que José Andrés se cruzó en su camino . Ahora da de comer a la gente en zonas azotadas por catástrofes naturales, crisis humanitarias... Mook es el director de World Central Kitchen (WCK), la ONG con la que cocinero asturiano ha ganado el premio “Princesa de Asturias” de la Concordia. El estadounidense ha acompañado a su “jefe” en el Campoamor.

–¿Qué tal la tierra de su jefe?

–La encuentro fantástica. En Asturias es la primera vez, pero es como si la conociera al oír hablar tanto de ella a José Andrés. Es un sitio de belleza increíble.

–Viene del mundo del cine y ha acabado dedicado a la cocina. ¿Lo imaginó alguna vez?

–Al principio de mi carrera trabajé en el campo de la tecnología. Luego pasé al mundo del cine. En esa época conocí a José Andrés. De aquella, su ONG tenía un empleado solo. Me atrajo su pasión, que es enorme. Entonces, mi experiencia formando equipos estaba en la línea de lo que hacía él y me di cuenta de que sin ser cocinero podía aportar algo. Había viajado por todo el mundo para contar historias. Ahora se trata también de eso: contar la historia de lo que hacemos y de lo que pasa en el mundo, como hemos hecho recientemente en el volcán de La Palma.

–¿En algún lugar han pensado en tirar la toalla o temieron que les resultaría imposible lograr su objetivo de dar comida?

–Con frecuencia nos pasa. Afrontamos situaciones difíciles y la primera reacción es pensar cómo vamos a lograrlo... Pero ahí está el lema de José Andrés: nunca acepta un no por respuesta. Siempre hay que intentarlo y adaptarse.

–¿Qué situación ha sido la más dura?

–Un ejemplo reciente es la frontera entre Colombia y Venezuela. Es difícil viajar, hay problemas políticos y no es una zona estable. También la última vez en Haití, después de que asesinaran al presidente. Fue muy difícil hacer llegar la comida por falta de condiciones de seguridad.

–¿Retos futuros?

–Los problemas que plantea y plantearán las migraciones en busca de comidas, cada vez más y en más sitios. Se dan en la frontera de Estados Unidos, Europa, Venezuela, Siria... El cambio climático provocará cada vez más desplazamientos y habrá muchos retos para atender a esa población. Gente que deja sus países para dar de comer a sus familias. Todo eso habrá que afrontarlo.

–Labor difícil la que hacen ustedes, pero como lo cuenta José Andrés parece fácil.

–Todo es gracias a la gente, al gran equipo que tenemos. Ahora hay 65 personas trabajando a tiempo completo. Una cifra que se convierte en cientos e incluso miles de personas que en situación de catástrofe se ponen a nuestra disposición. Ahí está la fortaleza de WKC.

–¿Y de dónde sale el dinero?

–En un 70% la ONG se nutre de donaciones de gente a título individual, también hay muchas fundaciones que colaboran con nosotros, además de empresas. De los gobiernos, la verdad, no hemos recibido mucho. WCK funciona gracias a la gente.

–La comida se encarece cada día que pasa por el alto coste de la energía y el ciudadano de a pie lo empieza a notar en la cesta de la compra.

–Cada vez más pasa eso, y en lugares como Beirut es evidente. Ha aumentado enormemente el precio de la comida, no hay producción local y es imposible el abastecimiento. Para muchos cuesta encontrar una barra de pan. Es importante pensar en que cada vez será mayor el desafío y que serán necesarias la sostenibilidad y la resiliencia. Lo que hace WCK es solo una tirita frente a todo lo que hay que hacer.

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