“En mis treinta años de carrera no he visto una ciudad con tanto interés por la ciencia como Oviedo”. El científico Ugur Sahin, premio “Princesa de Asturias” de investigación científica y técnica junto a su esposa, Özlem Türeci, y otros cinco científicos se mostró ayer sorprendido al ver la nave Almacén de la fábrica de armas de La Vega prácticamente llena para escucharles a él a su esposa en una conversación con el investigador asturiano Pedro Alonso, director del Programa Mundial de la Malaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sahin y Türeci fundaron en 2008 la empresa de biotecnología BioNTech que junto a la farmacéutica estadounidense Pfizer, saco adelante la primera vacuna contra el covid-19.
En su intervención recorrieron su trayectoria investigadora desde que en los años 90 comenzaron a investigar la utilización del ARN mensajero en el tratamiento se pacientes oncológicos en fase terminal.
En 2015 crearon vacunas personalizas contra el cáncer pero fabricarlas les llevaba demasiado tiempo y decidieron automatizarla. “En 2019 teníamos una tecnología muy potente que podía dar una respuesta rápida a los pacientes”, explicó Sahin. Entonces llegó la pandemia y se pusieron a trabajar en una vacuna contra el covid–19. Todo empezó un fin de semana de enero de 2020 y el resultado final llegó “la noche de un domingo de noviembre cuando nos llegaron los datos de que nuestra vacuna tenía un 95% de eficacia”. Se aliaron con la farmacéutica Pfizer y fabricaron millones dosis. Ahora plantean la necesidad de una tercera, una cuarta y hasta una quinta dosis de su vacuna.