La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

“La bohème”, un clásico de Sagi que nunca defrauda, triunfa en el Campoamor

La propuesta del director artístico ovetense convence al público, conmovido por Simona Mihai como Mimí

“La bohème”, un clásico de Sagi que nunca defrauda I. Martínez

“La bohème”, el tercer título de la LXXIV temporada lírica ovetense conmovió ayer en el teatro Campoamor al público en su estreno. La producción, propia de la Ópera de Oviedo y firmada por el director artístico ovetense Emilio Sagi, es uno de los clásicos de la casa y una apuesta segura en tiempos de crisis. La propuesta del director de escena asturiano respeta la esencia de la ópera y el transcurso de la acción original, pero añade guiños más actuales, siempre en favor de recordar con añoranza la juventud de los protagonistas, que termina junto con las últimas notas de la partitura.

En el reparto de artistas, el tenor Alessandro Scotto di Luzio sustituyó como Rodolfo a Antonio Corianò. El público reconoció su “Che gelida manina”, en el primer acto, pero el personaje de Rodolfo es un papel muy exigente, que demanda mucho a nivel vocal del intérprete. Conmovió la soprano Simona Mihai con la triste historia de Mimí, con momentos de gran delicadeza que el público ovacionó. Se echó, quizá en falta, una interacción más creíble entre ambos, sobre todo en los momentos más románticos y dramáticos del tercer acto y al término del primero.

Marcello, interpretado por Javier Franco, fue versátil y cómico en escena. Elena Sancho brilló en el segundo acto con su aria “Quando m’en vo”. Completaron la buena labor de conjunto el barítono David Menéndez, muy seguro, como Shaunaurd, y David Lagares. Los dos fueron muy ovacionados al término de la función. Un trabajo en equipo de todos protagonistas que se dejó sentir en toda la ópera, empastado y con buen balance, pero con énfasis especial en el transcurso del segundo acto.

Una calurosa ovación se llevó el Coro de la Ópera de Oviedo y el coro infantil de la academia Divertimento en su saludo al término del segundo acto. Ambos se encargaron de completar el trabajo de conjunto de los solistas. En el foso, el director Corrado Rovaris, al frente de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, logró un sonido amplio, que hizo justicia a la amplia orquestación dispuesta por Puccini, si bien en ocasiones adoleció de una falta de dirección en el fraseo de las conocidas melodías de esta ópera.

“La bohème” es un éxito asegurado cada vez que se programa en el teatro y ayer el público dio buena fe de ello al despedir a todo el elenco al término de la función. La representación contó con la presencia del Presidente del Principado, Adrián Barbón, que compartió palco con el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli. En el teatro hubo ya los clásicos pateos a la locución previa en asturiano, que estuvo contrapesada por otros tantos aplausos de los partidarios de la oficialidad. También un sector del público permaneció indiferente.

Compañeros de palco

COMPAÑEOS DE PALCO. El alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, compartió palco institucional junto al presidente regional, Adrián Barbón; al fondo, la delegada de Bienes culturales del Arzobispado, Otilia Requejo.

Compartir el artículo

stats