Hace diez años eran muy pocos los peregrinos que se veían pasar por Grado. Era casi anecdótico ver a alguien con la mochila y la concha a la espalda. Pero en esta década, los moscones han advertido como cada año los caminantes son más y más formando ya parte del paisaje social de la villa moscona de marzo a octubre, los meses de mayor apogeo, en los que animan con sus compras y consumiciones la economía local. Si bien, todo este auge jacobeo va a gran velocidad y adaptarse a él para aprovechar las posibilidades de crecimiento que ofrece la vía jacobea exige hacerlo bien y, para ello, es necesario apostar por la calidad, estima la concejala de Turismo, Lorena Cabo. “El Camino Primitivo es un diamante en bruto, pero, quizá, no nos lo acabamos de creer, debemos empezar ya a adaptarnos a lo que necesita el peregrino y dárselo con calidad, solo hace falta que todos seamos capaces de ver que el Camino genera una economía que es vital para el concejo”.

La popularidad de la vía Primitiva impulsa que cada vez se vean más negocios hosteleros con opciones especiales para los peregrinos, también la oficina de turismo apuesta por visitas al patrimonio del concejo adaptadas a los habituales horarios de los caminantes, que llegan a los fines de etapa en las horas centrales del día, y se han creado nuevas plazas de alojamiento desde el ámbito público como privado. Y he ahí uno de los problemas que Grado empieza a enfrentar, ser capaz de dar acogida a todos los que llegan. El pasado verano hubo peregrinos que tuvieron que dormir al raso por falta de plazas. Una situación a la que la edil resta importancia “porque no hizo falta abrir ninguna instalación municipal” y que achaca a la reducción de aforo obligada por el covid.

Pero lo cierto es que cada año son más. Una media de 14.000 peregrinos pasa de media al año por los ocho kilómetros de itinerario que tiene Grado, con emplazamientos históricos ligados al Camino de Santiago como San Juan de Villapañada o el sepulcro de Santo Dolfo, el obispo de Iria (Santiago de Compostela), que quiso ser enterrado en la iglesia de Santa Eulalia de La Mata (Grado). “Tenemos el patrimonio natural, cultural y arqueológico perfecto para dar una vuelta de tuerca y conseguir que los peregrinos quieran repetir y volver”.

Y para que esta realidad que vive Grado se consolide y se gestione adecuadamente es necesaria la unidad de todos los agentes implicados en la ruta jacobea que sale de Oviedo, destaca Cabo. En ese sentido apuesta por la constitución de “una estructura en la que podamos trabajar de manera conjunta, con un marco jurídico y una financiación en la que se tienen que implicar las Administraciones y, sobre todo, trabajar con las asociaciones que están a pie del Camino real y son las que nos dicen que se necesita”. Una entidad que será estudiada por la Mesa del Camino Primitivo en la que están integrados los ayuntamientos, comunidades autónomas y colectivos jacobeos.

Bien sea un consorcio o una asociación, a imagen de la creada en el Camino Francés, la concejala estima necesario que se tenga en cuenta las posibilidades de los municipios del entorno rural frente a las ciudades como Oviedo o Lugo “porque aunque estamos todos relacionados y lo que hace uno afecta al otro no tenemos las mismas necesidades y es importante que eso se tenga en cuenta para poder avanzar, tenemos que trabajar unidos y con solidaridad. Eso es importantísimo”, señala.

Unidad y calidad son las máximas en las que Grado quiere apuntalar su papel en el Camino Primitivo para poder aprovechar el motor económico que genera la vía jacobea en los territorios que atraviesa. Y hacerlo, a su vez, para mantener un flujo constante que no masifique el itinerario. Una labor para la que, según Cabo, la colaboración entre todos los agentes implicados es la clave del éxito. “No podemos mirar a otro lado, es el presente y el futuro de Grado y se ve en la curva de peregrinos que va hacia arriba en todos los sentidos”, concluye.

El espíritu jacobeo de más de mil años, clave para el futuro


El objetivo de la asociación “Amigos del Camino de Santiago” de Grado no es otro que mejorar la atención al peregrino, dice su presidente, José Manuel Arias Guillán. Por eso, el colectivo ha dado traslado al Ayuntamiento de la necesidad de mejorar la señalización en el concejo, así como buscar con el Ministerio de Transportes una solución para dar seguridad a los peregrinos desde el puente de Peñaflor hasta la localidad en un tramo que hacen por la carretera N-634. Unas actuaciones que son necesarias como lo es mantener el espíritu jacobeo: “El Camino ha perdurado durante más de mil años por el espíritu jacobeo, que es su esencia, lo que lo ha mantenido y no se puede perder”, dice.

Por eso considera importante apostar por la vinculación histórica de Grado con el Camino de Santiago dando, por ejemplo, relevancia a la localidad de Villapañada, ligada a la Orden de San Juan de Jerusalén. Pero también a través del paisaje, etnografía, arquitectura y aspectos culturales del concejo como su tradición comercial y el mercado medieval con el faro de la declaración de los Caminos de Santiago como Patrimonio de la Humanidad. Y, con ello, se consigue un retorno muy positivo para los territorios por donde pasa, comenta. “Hay un estudio de la Universidad de Santiago que señala que un peregrino genera un impacto económico 2,3 veces mayor que el de un turista normal y, también, que muchos repiten, vuelven en viaje turístico tras ser peregrinos”.

José Manuel Arias Guillán, ayer, delante de la iglesia de San Juan de Villapañada. | S. Arias