La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Festival Internacional de Cine de Xixón (FICX)

Emmanuel Marre: “Toda la juventud europea se ve reflejada en la precariedad”

El estrés de una azafata le sirve a “Rien à foutre” para ilustrar la inestabilidad laboral y la “desvinculación” que traen las redes sociales

Emmanuel Marre y Julie Lecoustre, ayer, en la Escuela de Comercio de Gijón. | Marcos León

Las sonrisas forzadas, el intentar no pensar y el trabajo como vía de escape. “Rien à foutre”, dirigida por Emmanuel Marre y Julie Lecoustre, concurre al Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX) en su sección oficial de Retueyos y utiliza como percha a una infeliz azafata de una compañía aérea “low cost” para ilustrar lo que los dos cineastas entienden que es “el retrato de toda una generación”. Una generación que, entienden, está sumergida en “vidas fragmentarias”, sometida a cambios constantes, presionada por la exigencia de la imagen y por poder aspirar casi siempre solo a un empleo precario. Cassandra, la azafata protagonista de “Rien à foutre”, tiene que aprender a ponerse a demanda la sonrisa de escaparate ante decenas de rostros desconocidos.

Coge cuatro vuelos al día, pero jamás sale del aeropuerto. Se consuela con que, a veces, sale de fiesta, ve a sus amigos. Hasta que la despiden, como a tantos jóvenes, y tiene que volverse a su casa familiar. Allí, explicaron ayer Marre y Lecoustre, su protagonista tiene que enfrentarse “de verdad” a los problemas de los que había estado huyendo: “La azafata nos parecía un buen papel para ilustrar la dificultad de explicar lo que se siente, la obligación de ponerse siempre una máscara”.

“Rien à foutre” se rodó en plena pandemia y, en gran parte, en Lanzarote, e hizo que los dos cineastas se quedasen con un equipo de cinco personas en el rodaje. La actriz protagonista, Adèle Exarchopoulos, se maquilló por su cuenta. La idea argumental se le ocurrió a Marre. Contó ayer que un día, en el aeropuerto, vio a una azafata “que claramente estaba pasando por algo personal” y que, en cuanto comenzó el servicio, atendió a los pasajeros con su mejor sonrisa. Entiende tanto Marre como Lecoustre que esta figura laboral representa bien a la juventud europea y a las actitudes impostadas de las redes sociales, que se quedan siempre en los superfluo. “La película habla del vincularse y el desvincularse, y por eso en la primera parte, cuando Cassandra se ve obligada a abandonar su casa y se centra en su trabajo y su individualismo, el paso del tiempo no se entiende muy bien, no sabes si están pasando horas o días”, relató Lecoustre: “No es hasta la segunda parte, cuando llega a casa y vuelve a vincularse con sus problemas, cuando empiezan a salir en escena los días y las noches”.

Marre aspira a que la juventud europea reflexione con “Rien à foutre” sobre el ritmo vital que se les impone: “Creo que los jóvenes se verán reflejados en esa sensación de estar en constante cambio y viviendo el día a día. La película no habla de cómo buscar la felicidad, sino de como recuperar la conexión con los demás”. Y para llegar a esta revelación el debate pasa necesariamente por repensar la condiciones laborales de las multinacionales, la moda del “multitasking”, compartir piso, no llegar a fin de mes. “A las multinacionales les viene bien ese individualismo y la pérdida de fuerza de lo colectivo. En el caso de las compañías aéreas, hay muchas azafatas, en general muy jóvenes, que vienen de otros países, y las empresas se aprovechan de su ignorancia en cuanto a sus propios derechos laborales”, aclaró Lecoustre.

Pese a ello, con este filme –que se vuelve a proyectar hoy, a las 19.15 horas, en la sala 9 de los Cines Yelmo– los dos cineastas no pretenden que el público caiga en el pesimismo, y entienden que la historia de Cassandra y todos los personajes que la rodean muestran que sigue habiendo “destellos de humanidad incluso en un ambiente de deshumanización laboral”.

Compartir el artículo

stats