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Jonás Trueba Cineasta, presenta “Quién lo impide”

“Los jóvenes de hoy se han curtido con tanta crisis; confío mucho en ellos”

“Mi película dura más de tres horas y sé que es un reto, pero no por capricho, sino poque era necesario: fueron más de cinco años de rodaje”

Jonás Trueba, ayer, en la Escuela de Comercio. | Ángel González

Tras cinco años de rodaje, Jonás Trueba (Madrid, 1981) presenta en el Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX) el filme “Quién lo impide”, que ya recibió el “Feroz Zinemaldia” en el marco del 69.º Festival de Cine de San Sebastián y que muestra las inquietudes y rutinas de los jóvenes de la llamada “generación Z”, que a juicio del cineasta son tratados “injustamente” por un mundo de adultos que no acaba de comprender el cambio de los tiempos.

–El filme muestra a una generación muy señalada y con muchos apodos.

–Puede ser, aunque yo con la película he intentado mantenerme bastante ajeno a toda esa cuestión de las etiquetas. No sé quién es “millennial” o “centennial” ni nada de eso. Básicamente porque creo que esas etiquetas no se corresponden luego con la realidad. Cuando tenía la peli ya rodada y montada, hicieron un reportaje con los chavales y ahí me enteré de cómo se les llama. Centennials, ¿no?

–O “generación Z”. O incluso “zoomers”, por imitar el término de “boomers”.

–Pues yo me enteré estrenando la peli (ríe). Para que se vea hasta qué punto mi interés sociológico era nulo. Yo lo que quería era retratar a los jóvenes que había conocido en otra experiencia grabando una película que se llamó “La Reconquista”.

–Cuando conoció a Candela Recio y Pablo Hoyos.

–Sí. Quería retratarlos a ellos y a otros jóvenes que había conocido y ese fue el verdadero germen de la peli, que creo que es el único posible: la gente que me genera curiosidad. En este caso, quería acompañar a estos chavales entre los 15 y los 20 años. Ellos me fueron trayendo a amigos y yo mismo expandí el grupo conversando con jóvenes de diferentes institutos de Madrid. El grupo acabó ampliándose bastante, pero la película sigue siendo una peli de grupo. Por eso digo que no me gustaría que no se leyera como algo sociológico ni generacional, porque así la peli no resiste. No fue pensada así.

–Pero esta generación sí tiene particularidades, ¿no?

–Sí, creo que ha sido señalada de forma absurda, arbitraria e injusta. Yo los veo como jóvenes del siglo XXI, por haber nacido ya a partir de los 2000. Y a estos chavales les ha pillado este momento crítico de ahora en el primer año de Universidad o en selectividad, y eso tras vivir su infancia con la crisis anterior. Es, entonces, una generación muy curtida a quien se le ha dicho que no va a tener futuro. Creo que por eso están un poco hartos de que les digan cómo son y cómo van a ser y buscan ser ellos mismos. Yo por eso confío mucho en ellos. Creo que han tenido una juventud complicada y que eso creo les ha curtido.

–¿No han intentado renegar todas las generaciones de sus predecesores?

–Y de una forma también muy absurda. Lo hemos visto estos años en la política y mi generación también vino a decirles a sus padres que habían hecho mal la Transición. Pero creo que es muy importante que las generaciones se respeten. Yo en mi vida una de las cosas que más me han ayudado ha sido relacionarme con gente mayor que yo, gente que tenía 40 cuando yo tenía 25 y me recomendó películas y libros y me evitó varias tonterías. Ahora por eso me gusta tener la misma relación de amistad con los chavales de “Quién lo impide”. Yo aprendo con ellos y ellos conmigo.

–Sigue sorprendiendo que el filme tenga tres horas y media de metraje.

–Sí, pero creo que no debería. El otro día alguien me dijo que quizá fuese la peli española más larga de la historia y me puse a buscar a ver si era verdad.

–¡Más etiquetas!

–¡Sí! Y es que, ¿por qué va a ser algo negativo?

–Sí parece curioso. Los contenidos audiovisuales que consumen los jóvenes hoy en día son más bien vídeos cortos.

–Es verdad, y sé que es un reto y que es difícil que la gente joven se acerque a ver esta película. Lo estamos consiguiendo porque los propios chavales de la peli están llevando a sus amigos, y hasta me dicen que les cuesta y que ellos seguramente no verían una peli así de larga si no fuese porque han participado en ella. Pero es larga porque tenía que ser larga, fueron cinco años de trabajo. No fue por capricho.

–Otra etiqueta que no le gusta es la de “documental”.

–Es que trae problemas. En España si algo se tilda de documental tendrá ya de salida un 90% menos de espectadores. Y es que además lo mío es una película, aunque sí pueda considerarse híbrida porque tiene cosas de documental.

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