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Joaquín Pixán | Tenor, presentó en Oviedo su libro-disco “Diálogos”

“La canción dialogada necesitaba una revisión en los textos y en lo musical”

“Tengo una necesidad permanente de buscar caminos propios, de ir más allá en la búsqueda de un concepto de la música”

Joaquín Pixán, ayer, en Oviedo. | Luisma Murias

El libro-disco “Diálogos” que ayer presentó en Oviedo el tenor Joaquín Pixán, encuaderna “una necesidad permanente de buscar caminos propios, de ir más allá en la búsqueda de un concepto de la música y en ese sentido, ‘Diálogos’ muestra un discurso colaborativo con poetas e intérpretes que creo lo hacen muy atractivo, más allá de poner en valor un subgénero de la canción asturiana, la canción dialogada, que en mi opinión necesitaba una revisión en los textos y en lo musical”.

–¿La canción dialogada tiene una magia especial?

–No tiene por qué ser mejor o peor que otras canciones, eso depende de las calidades de cada obra, lo que sí se podría decir es que es más participativa y social, más coral. La magia dependería de las composiciones poéticas y musicales.

–¿Qué criterios siguió para elegir poetas actuales?

–Todos los poetas que están en el proyecto son, junto con muchos otros, autores de muy alto prestigio. Es verdad también que, como se suele decir, “son todos los que están pero no están todos los que son”, y también hay que decir que ha habido que acotar tiempo y espacio.

–¿Se llevan bien tradición y modernidad?

–La modernidad, y siempre desde el pensamiento subjetivo de cada uno, entendida como evolución analítica y creativa y, por supuesto, respetuosa con la tradición, es necesaria. Naturalmente hay que acertar con lo propuesto.

–¿Qué aportan las voces femeninas al trabajo?

–La mujer aporta inteligencia, constancia y operatividad y en estas canciones que, en su mayoría narran relaciones entre parejas, supone un elemento imprescindible a la hora de su interpretación. En las canciones dialogadas, las mujeres tienen mucho que decir.

–¿De qué temas se siente especialmente satisfecho?

–Esto es lo mismo que cuando preguntan a los padres por los hijos… todas ellas –las de nueva planta– son igualmente queridas por mí, es verdad que tienen un hilo conductor, pero todas tienen su propio discurso creativo y por tanto pensado y querido de igual forma.

–Gamoneda no podía faltar…

–Para mí, Antonio Gamoneda es, aparte de un gran amigo, uno de los grandes poetas en castellano que ha tenido a bien sumarse a este proyecto, en este caso escribiendo alguna ampliación y corrección a textos de las canciones tradicionales. Es, indudablemente, todo un lujo que no sé porqué razón me es dado…

–¿Su disco está empapado de asturianía?

–Yo creo que sí, pero esto siempre será una cosa opinable, aunque mi intención siempre es esa, y verdaderamente me sería difícil escaparme de ella, es mi propia naturaleza.

–¿Hace falta mucho diálogo en los tiempos que corren?

–La mejor forma de entenderse es hablando y, naturalmente, desde el respeto y desde la inteligencia de la escucha y la no imposición de tu criterio y, en todo caso, razonar tu propio discurso e intentar comprender el de los demás.

–¿Qué es lo más difícil de actualizar en temas tradicionales?

–Activar una propuesta creativa y coherente desde el respeto a la tradición.

–¿Son buenos o malos tiempos para la lírica?

–Yo creo que, como todo en la vida, a unos les va mejor que a otros y por supuesto si hablamos de los grandes iconos de la creación y la interpretación musical y en general del sector, hay valores que son imperecederos y que tienen éxito en cualquier tiempo.

“Habría que desterrar la denominación de tonada, es asturianada o canción asturiana”


La Universidad de Oviedo está detrás del libro-disco “Diálogos”, y fue apropiado que fuera en “La Tienda Universitaria” donde ayer lo presentara Joaquín Pixán, acompañado por el vicerrector de Investigación Antonio Fueyo, la poeta Esther García y la gran cantante Mari Luz Cristóbal Caunedo. El tenor destacó el cuidado con el que ha sido editada la obra por el Servicio de Publicaciones que dirige Marcos Loredo Colunga, dividida en dos partes. Por un lado, las nuevas canciones dialogadas, inspiradas en textos de los poetas Javier Almuzara, Angel Fierro, Xuan Bello, Esther García y Aurelio González Ovies. Tras el intermedio de “Fantasía” y “Rosa Nevada”, una segunda parte de “viejas canciones dialogadas” en las que Antonio Gamoneda tiene un destacado papel. Fue Esther García la que puso voz a los versos de las nuevas canciones, entre ellos algunos suyos, como los dedicados a la hija de Pixán, por expresa petición del tenor, quien aprovechó la ocasión, además, para lanzar un dardo a la denominación de tonada tan extendida: “Habría que desterrarlo. Sería tonada de Asturias, en todo caso, pero lo mejor es hablar de asturianada o canción asturiana”. Pixán mostró cierta resignación, no exenta de rebeldía, porque “esto interesa a poca gente. Por eso este libro-disco se puede considerar un incunable”. Un trabajo valiente y exquisito en el que conviven las voces de Pixán, David Menéndez, Dolores Granados y Judit Martínez como intérpretes líricos con las de Cristina Sánchez, José Tronco, Lorena Corripio, Luisa Martínez, María Luisa Álvarez, Mari Luz Cristóbal y Patricia Parente en el canto tradicional.

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