Después de un turno de 12 horas en la UCI del Hospital Provincial de Castellón, el enfermero Isidro Manrique se encontró ayer con una pintada a la salida del recinto que calificaba al colectivo médico de "cobardes" y "asesinos". Una acción de los antivacunas que el sanitario compartió en redes sociales y que se ha repetido al menos en otro centro de salud de la capital de la Plana; y que se añade a otras como el acoso al que están sometiendo a los hosteleros de Nules que exigen el pasaporte covid.

"Me han llamado nazi y canalla en mi perfil de Instagram; incluso me han dicho que quiero asesinar a mi hija por vacunarla", detalla Manrique, quien advierte del creciente odio hacia los médicos, que se está larvando especialmente en las redes sociales.

Además de en el Provincial, los antivacunas también han actuado en el centro de salud de Casalduch, donde han realizado la misma pintada.

Isidro Manrique, muy activo en Instagram, medio a través del cual expresa sus reflexiones acerca de la pandemia, señala que en las últimas semanas la presión se está viviendo especialmente en atención primaria y en urgencias, donde los ciudadanos acuden "cuando la primaria se colapsa". Una presión que él vive a diario a través de los mensajes que le llegan, como estos.

"Si esto sigue así, un día alguien irá con un cuchillo a un centro de salud", avisa.

Otras campañas de los antivacunas

Hace ya algún tiempo que los antivacunas, o negacionistas, están llevando a cabo acciones en Castellón contra la vacunación o el pasaporte covid. Una de las más habituales es el buzoneo, con panfletos en los que se da credibilidad a un buen número de bulos.

Entre otros efectos secundarios de las vacunas, habla de un "alarmante número de muertes" por paradas cardiacas o trombosis, incluso entre los más jóvenes, entre otros males. Por supuesto, todo ello sin ninguna base científica.