En torno a la Lotería de Navidad hay un sinfín de creencias y tradiciones. Se piensa que rozando el décimo en el lomo de un gato negro o entrando con el pie derecho a una administración de lotería puede suponer una clara diferencia entre el boleto ganador y el que no se lleva ni un pellizco. 

Incluso se llega a pensar que existe una clave oculta para ganar el Gordo. De momento no se ha comprobado algo del estilo en España, pero sí que se hizo en la Francia de Voltaire.

Voltaire fue un historiador, filósofo y abogado francés, uno de los padres y máximo exponente de la Ilustración, corriente cultural basada en el conocimiento y la razón. Esta corriente creía en el poder de la razón por encima de cualquier creencia religiosa. Es decir, que Voltaire creía que la lotería se podía ganar basándose en nuestras capacidades intelectuales antes que dejando la probabilidad en las manos de la suerte y el azar. 

El éxito en la lotería: una suerte ilustrada

O al menos así lo creía cuando ideó un método infalible para ganar la lotería francesa de la época. François-Marie Arouet, conocido como Voltaire, se convirtió en uno de los hombres más ricos de Francia al ganar la lotería en varias ocasiones, gracias a un truco.

El francés, que era ávido en todo lo que supusiera buscarle las cosquillas a la ley, encontró un vacío legal en la lotería francesa, lo que le supuso el éxito inmediato. La Corona de Francia ofrecía un billete de lotería a todo aquel propietario de bonos de la Corona. 

De resultar ganador, el billete -nuestro décimo actual- repartía 500.000 libras francesas y el valor mismo del bono. Voltaire, entonces, encontró el talón de Aquiles de tal sorteo. Si todos los boletos podían llegar a ser el esperadísimo gran premio, eso quería decir que la probabilidad era la misma. 

Cómo ganar el Gordo en Navidad, según Voltaire

a cuanto más boletos, mayor probabilidad, por lo que lo que tenían que hacer no era más que comprar bonos devaluados para adquirir muchos boletos. Así, se unió a su amigo Charles Marie de la Condamine y creó un grupo de inversores, encargados de la compra de los boletos. 

Los sorteos de la lotería fueron celebrándose mientras Voltaire y su grupo se embolsaban grandes cantidades de dinero, ya que el premio casi siempre caía en uno de sus boletos.

En ningún momento se realizó nada ilegal, por lo que, cuando las autoridades comenzaron a sospechar de ellos y se dieron cuenta de su engaño, no pudieron hacer nada más que cancelar la lotería.

Esto demuestra que en ocasiones la suerte se puede perseguir, pese a que Voltaire no haya podido demostrar cómo ganar la Lotería de Navidad española.