“Adriana Lecouvreur”, que se estrena hoy a partir de las 19.30 horas, es el último título de la LXXIV temporada de la Ópera de Oviedo. Una joya verista de Francesco Cilea, que ha sido caballo de batalla de las sopranos más significativas del siglo XX, y particularmente en el Teatro Campoamor fue interpretada por grandes divas de la ópera como Renata Tebaldi en 1962 o Rania Kabaivanska en 1996.
La directora de escena Rosetta Cucchi propone una trama en la que el amor y el teatro son los dos grandes temas que monopolizan el transcurso de la ópera. Confiere a ambos un valor universal, de ahí que la historia de Adriana se extienda a través del tiempo, bajo su punto de vista. Cucchi propone distintos siglos que acogen los cuatro actos que constituyen la obra, desde el s. XVIII hasta el París de 1968. Lo que pretende con este recurso es dotar a Adriana de mayor profundidad. “Los cuatro actos de la ópera se convierten en cuatro secciones de distintas épocas, en diferentes musas que han marcado su tiempo”, asegura Rosetta Cucchi.
Francesco Cilea es conocido sobre todo por esta ópera, “Adriana Lecouvreur”, si bien en las últimas décadas no se programa con demasiado énfasis en los teatros de ópera. Es un título ligado a las grandes voces del siglo XX, no en vano, el tenor Enrico Caruso participó en el estreno de la obra que hoy se pondrá en escena en el Campoamor. Más tarde sopranos históricas como Lina Cavalieri, Maria Caniglia, Claudia Muzio, Magda Olivero y Renata Tebaldi contribuyeron a mantener en los escenarios este título. El compositor utiliza en esta partitura la técnica del motivo recurrente que va apareciendo en los distintos actos e intervenciones de la protagonista a lo largo de la representación.
El éxito de “L’arlesiana” fue lo que animó al editor Sonzogno a encargarle a Cilea “Adriana Lecouvreur”. El estilo verista de Cilea en esta ópera dista mucho del planteado por Mascagni y Leocavallo a comienzos de la década de 1890, y apuesta por una dosis poética más elevada y menos violencia explícita.