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Centenarias de hierro que superaron el coronavirus: “Sin la vacuna sabe Dios qué me hubiera pasado”

85 ourensanos con un siglo de vida se contagiaron desde el inicio de la pandemia: 22 fallecieron, 50 doblegaron al COVID y 13 afrontan ahora la enfermedad en esta fase de la sexta ola

Las ourensanas Hilda, Leonor y Filomena, de 101, 103 y 102 años, doblegaron al coronavirus. / BRAIS LORENZO

Vencieron adversidades como la emigración, los tiempos de la guerra y la hambruna, conocieron la dictadura y el progreso y llegaron al siglo de vida con la amenaza de una pandemia que puso en riesgo, sobre todo, a las personas de mayor edad.

Desde que el virus irrumpió en nuestras vidas, se han contagiado 85 personas centenarias en la provincia de Ourense, 69 de ellas mujeres. Veintidós de estos habitantes más longevos, testigos de nuestro pasado, fallecieron a causa del COVID. Cincuenta doblegaron la enfermedad –incluidas dos mujeres de 106 y 107 años– y 13 están pasando la infección en la actualidad.

Hilda (101 años), Leonor (103) y Filomena (102), exponentes de una generación que conforman en Ourense 374 personas centenarias –el 76,5%, mujeres–, superaron el coronavirus. Ellas son el rostro, la voz y la memoria de la fortaleza, de la vitalidad resistente, de la salud de hierro. Son el ejemplo vivo de la notable eficacia de uno de los mayores logros de la ciencia en décadas: la vacuna contra el COVID. Este es el relato de cómo lo vivieron.

“No tenía ganas de comer, no podía tenerme de pie ni andar; era un malestar tremendo”

Hilda Isabel Serantes - 101 años

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“Cuando me contagié lo pasé malísimamente, me dolía todo el cuerpo, no tenía ganas de comer. Era una sensación que nunca había tenido. Era un malestar general”, recuerda Hilda Isabel Serantes, que se infectó en julio de 2021.

“No tuve esa fiebre que dicen que les da a todos, pero no podía tenerme de pie ni podía andar. Sentía un malestar general, tremendo. Sabe Dios lo que me pasaría si no estuviese vacunada, me intubarían... Sabe Dios”, recuerda esta mujer de 101 años, viuda, madre de dos hijas, abuela de cinco nietos y ya bisabuela.

La longevidad es un secreto personalísimo, muy difícil de extrapolar. “El mío es llevar una vida saludable, me encanta comer frutas y verduras. Nunca he bebido ni fumado. Mi único vicio es el chocolate y una copa de vino con la comida”.

Hilda Isabel Serantes tiene 101 años y pasó el COVID en julio de 2021. BRAIS LORENZO

Hilda, hija de emigrantes, nació en Camagüey (Cuba) el 19 de noviembre de 1920. “Me vine a Galicia con 3 años, después nos marchamos a La Habana, cuando tenía 6, y regresamos definitivamente a mis 9 años. Estuve en Ortigueira hasta las 18 años. Después viví en A Coruña hasta 1955, cuando me casé. Viví con mi marido desde entonces hasta que falleció en 1989”, recuerda la centenaria, con una lucidez envidiable.

“Toda mi vida estuve estudiando, trabajando y viviendo con mis padres, a los que quería muchísimo, y a mi hermanita y mi hermanito. Fui muy feliz con ellos. También fui muy feliz con mi maridito. Tuve dos hijas, a las que adoro. Sin ellas no sé qué objetivo tendría mi vida: ninguno. Ahora tengo cinco nietos y un bisnieto y mi vida transcurre lentamente” .

La nieta de Leonor (103 años): "Tras 20 días confinada, pudimos contar que superó el virus sin síntomas”

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El suegro de Hilda era Secundino Couto (1873-1960), miembro del Partido Republicano Radical Socialista y posteriormente de Unión Republicana. Gobernó Canedo entre 1931 y 1936 hasta que el golpe franquista arrampló con las libertades y, en definitiva, con todo. Fue el último alcalde legítimo, electo, del actual barrio de A Ponte, el más poblado de la ciudad.

Sobrevivió a la represión franquista, aunque la padeció con cárcel en Ourense y en Celanova, con trabajos forzosos en Oseira y con un juicio por masonería, siendo ya anciano, además de sufrir la incautación de bienes. “Me gusta mucho Pedro Sánchez, soy socialista hasta la médula y no pienso cambiar”, reivindica la nuera.

La mayor de las tres protagonistas es Leonor Devesa, una ourensana de Verea, de 103 años, separada y con una hija. Esta mujer se dedicó a las labores del campo hasta que su hija se hizo mayor y, llegado ese punto, tomó la decisión de mudarse a la ciudad de Ourense, donde vivió sola y trabajó como empleada doméstica. En enero de 2021, la centenaria Leonor se contagió de COVID. Tras veinte días en aislamiento en casa recibió el alta con la alegría de haber superado el virus sin ningún síntoma.

Leonor Devesa, de 103 años, tuvo el COVID en enero de 2021 y fue asintomática. BRAIS LORENZO

“Siempre ha tenido un carácter fuerte, una gran fortaleza para salir adelante ante cualquier adversidad. Para mí es un modelo a seguir como persona que defiende la determinación, la independencia y la mentalidad abierta, con el fin de mejorar y de adaptarse a los nuevos escenarios que se le han presentado en la vida”, destaca su nieta Beatriz. Así recuerda el momento en el que su abuela contrajo el temido coronavirus: “Tras pasar 20 días confinada, recibió el alta y pudimos contar que superó el virus sin ninguna sintomatología”.

El poder de la vacuna: varios centenarios han sido asintomáticos

Filomena Nóvoa, natural de Vilamarín, no pudo ir a la escuela. Aprendió a escribir su nombre utilizando una vara en la tierra. Esta mujer de 102 años, nacida en noviembre de 1919, viuda y madre de una hija, residió en Venezuela durante cuatro décadas, es decir, casi media vida. Filomena se contagió de coronavirus en mayo de 2021. Con las dos dosis de la vacuna en su organismo, la centenaria no tuvo ningún síntoma de la enfermedad.

La nieta política de Filomena (102 años): “Tenía las dos dosis de la vacuna. Salió adelante. Nosotros estábamos peor”

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Su historia la recuerda su nieta política Jeni. “Aprendió a escribir su nombre con una varita en la tierra, a sumar y a restar. Empezó a trabajar de jovencita, con 12 años, como criada en las casas. Tenía la necesidad de trabajar porque eran muy pobres y había que ayudar a su madre”.

La fórmula de la longevidad se debe, quizá, al modo de vivir de esta generación única. “Comen bien, no tienen vicios, no fuman, no beben... Tampoco ha tomado nunca medicamentos. Su gran secreto creo que ha sido el tipo de vida que ha llevado. Nunca se ha envenenado el cuerpo con ningún medicamento ni ningún tratamiento crónico”, resalta la nieta.

Filomena Nóvoa, de 102 años, también fue asintomática. BRAIS LORENZO

“Ella decía: ‘Vine a España con mi marido enfermo, sin saber leer ni escribir, y aprendí a defenderme’. Ahora, de mayor, se miraba al espejo y decía que no se reconocía, que esa no era ella. ’Yo siempre he tenido muy buena memoria’, me contaba, y cuando empezó a perderla lloraba de la impotencia. Repetía: ‘No soy yo, no soy yo”, recuerda su familiar.

La provincia es cuna de centenarios.

La cifra de habitantes de más de 100 años ha pasado de 172 personas en 2010 a 374 en 2021, según el Instituto Galego de Estatística.


La abuela Filomena se contagió de coronavirus a pesar de que “siempre estaba con mascarilla. Mi suegro vino de Venezuela con PCR negativa. Nos confiamos e hicimos reuniones, cenas, comidas, barbacoas... Mi suegro dio positivo el 6 o 7 de mayo y nos contagiamos todos, excepto mi suegra. Cuando nos dijeron que Filomena era positiva, nos llevamos las manos a la cabeza. Todos estábamos mal, pero ella lo pasó normal. Tenía las dos dosis de la vacuna y salió adelante. Nosotros estábamos peor que ella, aunque teníamos miedo por la elevada carga viral de la casa”.

Más riesgo a mayor edad

Ourense es uno de los territorios más envejecidos de Europa y la soledad es la única compañía para el 13% de la población: 38.600 personas viven solas, 20.000 con más de 65 años, mayoritariamente mujeres.

La provincia es cuna de centenarios. La cifra de habitantes de más de 100 años ha pasado de 172 personas en 2010 a 374 de 2021, según el Instituto Galego de Estatística.

Un año de pandemia supuso, entre 2020 y 2021, que el tramo de edad más afectado por el COVID en Ourense se desplazara de los mayores de 70 años en 2020 –el 26,5% de los pacientes– a los menores de 29 en 2021 (35,9%). El cambio en la franja de los de más de 80 años fue aún más drástico: un 16,1% de los casos en 2020 y un 6,1% en 2021.

La vacunación y el seguimiento propiciaron, según el Sergas, una progresiva reducción de los casos de coronavirus en personas de edad avanzada, en las que la enfermedad implica un mayor riesgo, ya que puede descompensar enfermedades crónicas o patologías previas. Además, con el envejecimiento el sistema inmune se debilita. Pero hay casos de resistencia.

*Con agradecimiento a las protagonistas, a sus familias y a Cláudia Morán, por su contribución en las entrevistas.

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