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Repóker de ases para la zarzuela que levanta el telón en el Campoamor

Beatriz Díaz, David Menéndez, Alberto Frías, Marina Pardo y Rodrigo Cuevas son los intérpretes de “The Land of Joy”, la obra que se estrena esta noche

Por la izquierda, Beatriz Díaz, David Menéndez, Alberto Frías, Marina Pardo y Rodrigo Cuevas, en la sala de ensayos del Campoamor. | Miki López

Hubo un tiempo en que la tonada asturiana tenía cuatro ases: Cuchichi, Botón, Miranda y Claverol. Para recuperar “The Land of Joy”, el Festival de Teatro Lírico de Oviedo ha juntado cinco: Beatriz Díaz, Marina Pardo, David Menéndez, Alberto Frías y Rodrigo Cuevas. Un auténtico repóker de ases para llevar a escena la misteriosa zarzuela de Quinito Valverde que arrasó en Nueva York 105 atrás y que nunca se llegó a representar en España.

Esa larga espera concluirá esta tarde, a partir de las 20.00 horas, con el estreno en el Campoamor de esa mítica zarzuela de sugerente título, “The Land of Joy”, que servirá además para inaugurar “Off Zarzuela”, complemento del XXIX Festival de Teatro Lírico Español de Oviedo, que organiza la Fundación Municipal de Cultura (FMC). Durante toda esta semana, el reparto, dirigido por Bárbara Lluch, ha realizado intensos ensayos en los bajos del Campoamor, para preparar una representación única, y que todos confían en que sea también inolvidable.

El buen ambiente reinaba en los ensayos desde el primer día, en un reflejo de la implicación de todo el equipo, pero también de la acusada componente cómica de “The Land of Joy”. “Es superdivertidísima, yo creo que el público se va a reír muchísimo. Es hora y media de risas, nosotros tenemos que parar ensayos porque no podemos aguantar sin reírnos”, destaca Alberto Frías.

Los intérpretes insisten en destacar todo el trabajo previo que ha permitido recuperar esta zarzuela: el de la musicóloga Miriam Perandones, que rescató la partitura, y Luis Argeo, impulsor del proyecto asociándolo a la exposición “Emigrantes invisibles, pero también el de Susana Gómez, que adaptó el libreto, y Borja Mariño, que hizo los arreglos musicales.

“Susana (Gómez) tiene un gran mérito, porque le tocó la dificilísima labor de ir hilando cada número, justificando antes por qué se canta en inglés o en español”, explica Bárbara Lluch. “Borja Mariño es siempre un sello de garantía, sus arreglos son extraordinarios, la obra está muy bien orquestada”, añade Marina Pardo. “El espectáculo está montado sobre una música estupenda, ‘typical spanish’ pero muy bien traída. Es un pastiche que podría funcionar como números sueltos, pero gracias al trabajo de Susana Gómez y de Bárbara Lluch están muy bien hilados y funcionan a la perfección como obra unitaria”, reflexiona David Menéndez.

Con todo, “The Land of Joy” tiene algo de aventura para los cantantes, por la ausencia de referentes y por las resonancias casi míticas de la obra. “Venimos con ganas de descubrir, partimos de cero porque no hay referentes salvo una grabación muy muy antigua. Pero sabemos que estamos en buenas manos, que la música tiene mucha calidad, que va a gustar mucho. Se trata de dejarse llevar y de tirarse a la piscina, que seguro que hay agua. Y eso vale para nosotros y para el público”, sostiene Beatriz Díaz.

El comodín de este repóker de ases es Rodrigo Cuevas, que asume que se está introduciendo en un mundo que no es el suyo, y que participa en cada ensayo con los ojos muy abiertos, como un niño que asiste por primera vez al teatro, y que anima al público a embarcarse con ellos en esta aventura: “Es la ocasión de quitarse los prejuicios y acercarse a la zarzuela. Hablamos de entradas a 20 euros en platea, que es un lujo, y además la gente se lo va a pasar bien”.

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