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La Universidad de Oviedo forma parte del grupo nacional que revisa la EBAU para que sea “más homogénea y práctica”

El vicerrector de Estudiantes considera clave acertar en “cómo hacer este tipo de exámenes más competenciales para tantos alumnos”

Pruebas de la EBAU en Oviedo la primavera pasada. Irma Collín

La evaluación del Bachillerato para el acceso a la Universidad, conocida en Asturias como examen de la EBAU y antes como examen de selectividad, tiene los días contados en su formato actual. Los cambios pedagógicos en todos los niveles educativos, sumados a las cada vez mayores protestas por la desigualdad de las pruebas según las comunidades, pese a que luego muchos alumnos pueden tener que competir por las mismas plazas universitarias, ha generado el caldo de cultivo necesario para que el Ministerio haya puesto en marcha una comisión de revisión de dicha prueba. Se espera que los trabajos lleguen a buen puerto y que la prueba de la EBAU en 2024 no se parezca demasiado a la de estos años.

La revisión, que aún está en sus primeras fases, ha sido impulsada por el equipo que lidera la ministra Pilar Alegría y va aparejada a la última ley de Educación (Lomloe). La Universidad de Oviedo, a través del vicerrector de Estudiantes, Alfonso López Muñiz, forma parte de la comisión extendida de asuntos estudiantiles de la CRUE (Conferencia de Rectores de la Universidad Española), en la que se ha iniciado el análisis de la propuesta del Ministerio. “Estamos ya trabajando –en fases preliminares– para ver cómo puede ser y cómo se puede aplicar la nueva EBAU. En todo caso, los cambios estarían ya encaminados a la EBAU del año 2024, puesto que 2022 y 2023 seguirían siendo como hasta ahora”, especificó López Muñiz.

Lo más significativo de esa revisión, según el vicerrector, es la posibilidad de abordar la disparidad de pruebas o adecuar la evaluación al nuevo modelo de aprendizaje por competencias. “Desde la Universidad de Oviedo vemos positivas algunas de las cuestiones que propone el Ministerio, como el dirigirse hacia una prueba más homogénea en todas las comunidades autónomas o el optar por una prueba más basada en competencias, con un mayor peso de lo práctico. Ahora bien, la clave, y lo que tenemos que ir empezando ya a pensar, es cómo se puede llevar a cabo este tipo de exámenes para un gran número de alumnos, como ocurre en la EBAU”, añadió el vicerrector.

Como base del trabajo, el Ministerio de Educación y Formación Profesional ha pedido un informe sobre cómo es el sistema de acceso a la Universidad en diferentes países europeos, para estudiar “alternativas” al modelo español. Con ese análisis y la detección de las prioridades sobre las que tiene que fundamentarse la revisión en España, la comisión técnica elaborará un primer borrador que será debatido con las comunidades autónomas, el Ministerio de Universidades y la Conferencia de Rectores.

La ministra de Educación, Pilar Alegría, ha defendido que “una parte” del examen de acceso a la Universidad sea más homogénea, toda vez que no puede ser una única selectividad para todos porque solo el 60% del currículo se estudia igual en toda España, salvo en comunidades con lenguas cooficiales, que el porcentaje es del 50%.

El resto del currículo, según las citadas fuentes, lo fijan las comunidades autónomas, por lo que no es viable un examen único porque para ello los currículos tendrían que ser idénticos.

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