José Manuel y María, dos vecinos del barrio madrileño de Carabanchel, han sido desahuciados la mañana de este viernes de la casa donde llevaban viviendo 54 años.

Según informaciones de 'El Público', la comisión judicial se ha personado a las 9.30 en la vivienda, donde más de 50 personas han tratado de impedir su desahucio.

Después de que el Gobierno anunciara esta misma semana la ampliación de la moratoria de desahucios de familias vulnerables hasta el 30 de septiembre, en España siguen teniendo lugar numerosos desalojos, como es el caso de la familia expulsada este lunes de su piso en el barrio barcelonés de Poble Sec.

El Sindicato de Vivienda de Carabanchel había convocado a través de Twitter a todos los vecinos para defender la vivienda del matrimonio octogenario.

En torno a las 7 de la mañana, según el tuit publicado por un periodista de 'El Público', los agentes han derribado la puerta del portal y han procedido a sacar a la decena de activistas que trataban de bloquear la entrada del edificio. En la calle, un cordón policial ha impedido acercarse.

Dentro de la vivienda, los activistas defendían a José Manuel (María, que arrastra una minusvalía, ha seguido el desalojo en casa de uno de sus hijos) lanzando huevos y pelotas de pintura a los antidisturbios para dificultar su entrada.

José Manuel ha afirmado que, "tuve un fallo que hace tiempo que repuse, nunca he dejado de pagar el alquiler". También a querido aprovechar para agradecer a todos los vecinos, "me han ayudado hasta el máximo".

Pocas horas después del desahucio, se ha convocado una manifestación hacia servicios sociales con más de una cincuentena de participantes.

¿Por qué los desalojan?

José Manuel y María tenían un alquiler de renta antigua por el que pagaban 150 euros al mes más gastos de comunidad y otros conceptos.

Un descuido de Manuel en el pago de un plazo de la comunidad hizo que su deuda ascendiera a unos 800 euros que ya ha ingresado, pero ese despiste le ha costado la demanda del casero por incumplimiento del contrato.

En las más de cinco décadas viviendo en ese piso, nunca habían tenido problemas.

Todo empezó cuando el heredero del inmueble quiso aprovechar el fallo del matrimonio para acabar con el contrato de renta antigua y tener vía libre para vender o alquilar a precio de mercado una casa que puede rondar los 800 euros al mes.