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Reaparece en una casa de subastas de Bristol una de las grandes carnavaladas de Evaristo Valle

La pintura, sin identificar la autoría y en paradero desconocido desde hace casi un siglo, se vendió por casi 10.000 euros y tuvo varias pujas entre compradores europeos

Carnavalada Evaristo Valle en Bristol

El Museo Evaristo Valle de Gijón acaba de anunciar la aparición de una de las grandes "carnavaladas" del artista, una pintura de las dedicadas por Valle al Antroxu asturiano, tras casi cien años en paradero desconocido. Se trata de la obra "Carnavalada en Cimadevilla", y salió a la venta en septiembre del pasado año en una casa de subastas de la ciudad inglesa de Bristol, procedente de una rica colección familiar. Pese a que su precio de salida era mucho más bajo, la puja por la obra de Valle fue animada entre varios interesados europeos y finalmente el cuadro se vendió en 8.500 libras, casi 10.200 euros. Y ni siquiera estaba identificada la obra, ya que constaba como "Escena callejera con campesinos. De la Escuela Continental".

La página de la casa de subastas donde consta la venta del cuadro de Valle.

Se da la circunstancia de que un año antes, en 2020, una fotografía del estado original de la obra, copia de época procedente del archivo personal del propio artista, formó parte de la exposición “Valle, revelado”, como parte de una sección documental donde se mostraban al visitante cuadros bajo el epígrafe de “Se busca”.

"Carnavalada en Cimadevilla" se encuentra actualmente en una colección privada en el Reino Unido cuyos propietarios fueron los que "amablemente comunicaron su adquisición al Museo", explican desde el centro gijonés. Y pese al escepticismo inicial, ya que "por cada cien veces que se nos comunica la compra de un Valle resulta una vez que es cierto", cuenta la experta en Valle Gretel Piquer, finalmente se pudo comprobar que, "efectivamente, el lienzo presenta repintes que se corresponden sin duda con los cambios que pueden observarse entre los dos estados de la obra". No solo eso, "nada más ver la foto que nos enviaron del cuadro ya se identificaba, casi sin duda, uno de los personajes principales por su gesto, replicado en otras obras del autor".

Evaristo Valle, Carnavalada en Cimadevilla, c. 1920, repintado c. 1923. Óleo sobre lienzo, 79,5 x 104 cm. Reino Unido, colección particular. NATALIA SID

Según los expertos del museo gijonés, esta ha sido la primera vez que una obra de Evaristo Valle se vende en el mercado internacional y su aparición en Bristol se explica por la actividad expositiva del pintor en la década de 1920. Valle emprendió su primer viaje a Londres a finales del invierno de 1923, según sus propias palabras “a la aventura, con el cajón de cuadros” y con la idea de que fuera un viaje que le ayudara a desembarcar posteriormente en Nueva York, lo que hizo en 1927.

Valle en Londres

Gracias al corresponsal Tulio Bonafoux, hijo del ya fallecido periodista Luis Bonafoux, quien había sido su principal valedor en los años que Valle residió en París a comienzos del siglo XX, el pintor fue presentado a Paul George Konody, influyente crítico de arte en The Observer y Daily Mail, quien se entusiasmó con su obra y se ofreció a buscar una sala donde exhibirla. Sin embargo, todo estaba ocupado y fue necesario esperar un año para encontrar un local adecuado.

Entre mayo y octubre de 1924, Valle hizo varios viajes a Londres para preparar el terreno y, finalmente, inauguró su exposición el 19 de noviembre en las Dorien Leigh Galleries, en el número 7 de Cromwell Place, South Kensington, propiedad del afamado fotógrafo Emil Otto Hoppé, quien retrató al pintor. La muestra estuvo abierta hasta el 3 de diciembre, con veinte obras: seis carnavaladas, tres paisajes y escenas mineras y campesinas. Algunos eran lienzos de factura reciente, otros tenían ya algunos años y, como en el caso de la Carnavalada en Cimadevilla, posiblemente habían sido ya repintados.

Fotografía de Carnavalada en Cimadevilla, primer estado c. 1920. Copia de época. Archivo Fundación Museo Evaristo Valle.

El interés y las excelentes críticas que recibió la pintura de Valle en Inglaterra se debieron sin duda a su carácter documental y originalidad, en comparación con la pintura española que había podido verse unos años antes en Londres, en la Exposición de Arte Español celebrada en la Royal Academy of Arts, entre 1920 y 1921, y, sobre todo, a los lugares comunes de una España para turistas que seguía cultivando Zuloaga. "Para el público y la crítica artística inglesa, los paisajes asturianos eran reconocibles por su semejanza con Bretaña, Cornualles y el oeste de Irlanda, y en las escenas se percibían la austeridad de Zurbarán, la perspectiva atmosférica velazqueña, la fantasía de Goya y el contenido social de Millet", explican desde el Museo gijonés.

Más obra en Inglaterra

Los expertos en la obra del pintor gijonés consideran que además de "Carnavalada en Cimadevilla", es muy posible que otros cuadros suyos permanezcan hoy en día en el Reino Unido, sin que se tenga noticia de ello, por el momento. Se sabe que el pintor regaló un lienzo a Konody y es probable que Tulio Bonafoux le adquiriese obra o fuese obsequiado con alguna, en recuerdo del mecenazgo de su padre, que Valle nunca había olvidado. Los Bonafoux poseían una propiedad en Normandía y ya en los años 50, Tulio Bonafoux escribiría a Valle que habían desaparecido todos los cuadros que su padre conservaba allí, al ser la casita arrasada por la soldadesca, sin que se pueda determinar si fue durante la Primera o la Segunda Guerra Mundial.

Además, la revista Country Life propuso que una de las obras de Valle fuese adquirida por la Tate Gallery y The Morning Post animó a hacer lo mismo al industrial Samuel Courtlaud, quien había establecido un fondo de adquisiciones para la National Gallery y la Tate Gallery. Pero la idea de esperar en Londres hasta que se resolviese este trámite, quizá un año más, desalentó al artista y, temeroso de su agorafobia, que siempre le amenazaba cuando pasaba periodos prolongados de tiempo en grandes ciudades, Valle volvió a Gijón en enero de 1925, sin culminar una operación que habría supuesto su ingreso en el que hoy es el museo de arte moderno más visitado del mundo. 

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