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Los cambios educativos que llegarán en septiembre a Asturias con la Lomloe

Las “nuevas” etapas de Infantil y Primaria fomentan el aprendizaje “basado en casos reales” y convierten Valores Cívicos en obligatoria | “No se repetirá menos”, afirma el Principado sobre la evaluación

Alumnos en un colegio.

No será una gran transformación educativa, pero sí que el próximo curso los alumnos asturianos notarán cambios en las clases. La reforma Lomloe está a la vuelta de la esquina: el Ministerio de Pilar Alegría aprobó recientemente los nuevos currículos de Infantil y Primaria, y el Principado ya ha iniciado la tramitación para adaptar los reales decretos a las peculiaridades de la región. La ley entrará en vigor en septiembre en los cursos impares. “Estamos muy satisfechos con el trabajo realizado por el Ministerio. Se dan pasos hacia el aprendizaje competencial”, resalta el director general de Ordenación, Evaluación y Equidad de la Consejería de Educación, David Artime. Precisamente, una de las principales novedades que se introducirán en las aulas será el “aprendizaje de saberes basado en contextos reales”, en detrimento del enfoque actual, que es más memorístico.

Con motivo de la publicación de los documentos que fijan las enseñanzas mínimas de las etapas de Infantil y Primaria, Artime resume para LA NUEVA ESPAÑA las líneas maestras de la reforma educativa. No sin antes mencionar las prioridades para Asturias, en las la Consejería de Educación pondrá el acento en sus adaptaciones curriculares. Son tres: potenciar el contexto cultural de la región, promover la coeducación, e impulsar la lengua extranjera. Sobre esto últimos, el departamento de Lydia Espina avanzó el pasado mes que todos los colegios impartirán a partir del próximo curso Inglés desde los 3 años. Asimismo, Educación se ha propuesto revisar el programa bilingüe ante el creciente rechazo de profesores y familias hacia el modelo actual. La Consejería asegura que en los próximos meses acompañará al profesorado con el material formativo necesario para que aplique con éxito la nueva norma.

Aprendizaje competencial.

Se trata de que el alumno aprenda contenidos aplicándolos a la vida real. Dicho con otras palabras, que los estudiantes “sean capaces de demostrar lo que han aprendido”. Este enfoque se aplicará con carácter general en todas las etapas. Pero, ¿cómo se traducirá esto en la práctica? ¿Se trata de no seguir los libros de texto? Consiste, según explica el director general de Ordenación, que por ejemplo los problemas matemáticos no se hagan sobre simulaciones, sino sobre casos reales, o que los escolares en vez de estudiar las plantas sobre el papel, aprendan cómo se comportan en vivo y en directo, recorriendo los ejemplares que haya en el centro.

Pensamiento computacional.

Por primera vez, destaca David Artime, forma parte de las enseñanzas mínimas de Infantil y Primaria. Se trata de incorporar el funcionamiento de los ordenadores y las máquinas a las aulas. Lo que busca el Ministerio con ello es trasladar el sistema de pensamiento que utilizaría un científico informático a la resolución de un problema. Esto se traduce en descomponer una tarea en otras más simples, formulando y comprobando hipótesis, explorando e investigando, relacionando conocimientos y planteando ideas o soluciones originales. Esta área se incorporará en la asignatura de Matemáticas en Primaria, y de manera transversal en Infantil.

Educación en Valores Cívicos y Éticos.

Esta asignatura será obligatoria en uno de los dos cursos del tercer ciclo de Primaria, es decir, en quinto o sexto. Esta materia ya existe a día de hoy; la gran diferencia a partir del próximo curso es que hasta ahora funcionaba como una asignatura espejo a Religión, que pierde peso en el horario y en el expediente. Esta área aborda problemas de carácter ético y fomentará el compromiso de los alumnos con valores como la justicia, la paz, la solidaridad, la igualdad de género y el rechazo a la violencia.

Vuelve la estructura por ciclos.

El Principado recibe este cambio con “interés”, pues cree que ayudará a que “el alumnado madure”. Los cursos no funcionarán de forma independiente, sino que estarán agrupados de dos en dos. Es decir, primero y segundo, tercero y cuarto, quinto y sexto... Funcionará, en consecuencia, como “una unidad completa”, señala David Artime. Esto tendrá repercusiones en la promoción: el alumnado solo podrá repetir al final de cada ciclo, en vez de como hasta ahora, que podía hacerlo en cualquier curso. Eso sí, la regla general no cambia: un estudiante solo podrá repetir una vez por cada etapa. Artime se detiene en la evaluación, uno de los temas más controvertidos de la Lomloe. En este punto, el director general insiste en que “ni se repetirá más ni menos”. La reforma “no afectará a la tasa de repetición”, asegura. Lo que introduce la norma es una mayor claridad y flexibilización, al recoger que la decisión la tomará de forma colegiada el equipo docente. “No podemos simplificar la repetición a que no se supere un área determinada, porque puede ser que ese suspenso se deba a un problema puntual del alumno. Y quienes tienen toda la información sobre el estudiante es el equipo docente, el que debe tomar la decisión”, reflexiona Artime.

Nace la etapa de 0 a 3 años.

La Lomloe regula por primera vez la etapa de 0 a 3 años. Esto significa que el Ministerio le da un carácter educativo y no solo asistencial o de cuidados. En consecuencia, en Infantil habrá a partir de septiembre dos ciclos: de 0 a 3, y de 3 a 6. En el fondo, de lo que se trata es de incentivar que los niños entren lo antes posible a las aulas. “Cuanto antes se incorporen al sistema educativo, mejor”, opina Artime. La tasa de escolarización en esta franja de edad no ha parado de subir a nivel nacional y, en la actualidad, se sitúa en el 41%.

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