En una misma calle de Oviedo, a apenas unas decenas de metros de distancia, nacieron dos premios Cervantes. En 1914, en el número 8 la entonces denominada calle de Portugalete, hoy el 6 de Melquíades Álvarez, venía al mundo José García Nieto. Ya en 1931, en el número 25 de esa misma calle, hizo lo propio Antonio Gamoneda. Ayer, coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la Poesía, el Ayuntamiento de Oviedo descubrió sendas placas en las que se reseñan los lugares en los que vieron la primera luz ambos poetas, en una iniciativa enmarcada en el programa “Oviedo ciudad literaria”.

Antonio Gamoneda descubrió la suya, mientras que la de García Nieto, fallecido en 2001, fue desvelada por la hija del poeta, Paloma García Nieto, que preside además la Fundación que gestiona el legado de su padre. A ambos los flanqueó una nutrida representación de la corporación municipal, encabezada por el Alcalde, Alfredo Canteli.

“Yo pienso que el día de la poesía deben ser todos los días del año”, reflexionó posteriormente Gamoneda, durante un acto a las puertas de la “catedral del Ensanche”, San Juan el Real, en el que tanto él como Paloma García Nieto recibieron sendas réplicas de las placas instaladas en Melquíades Álvarez. La hija de José García Nieto, por su parte, señaló que el poeta “siempre llevó a Asturias en su corazón”, llegando a definirse a sí mismo como “un carbayón desarraigado”.