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Lujo

Suites de 200 metros, vinilos y tatuajes: así es por dentro el ‘lujo rebelde’ del crucero de Richard Branson

El ‘Valiant Lady’, segundo buque de Virgin Voyages, visita Las Palmas de Gran Canaria como parte de su viaje inaugural

Primera escala en el Puerto de Las Palmas del crucero de lujo 'Valiant Lady'.

De fondo suena la melodía de un sintetizador y la voz de Madonna invita una y otra vez a celebrar las holidays "por todo el mundo, en cada nación" a través del hilo musical. En el crucero para adultos 'Valiant Lady', que este domingo recaló en Las Palmas de Gran Canaria como parte de su viaje inaugural, todo es festivo y musical. Con su primera visita a Canarias, la naviera respaldada por Richard Branson, Virgin Voyages, apuntala la recuperación del sector con previsiones que apuntan a un volumen de pasajeros similar al previo a la pandemia de cara al final de temporada. 

Visto desde la distancia, el 'Valiant Lady', que está consignado por Bergé Marítima, tiene mucho de crucero al uso aun a pesar de su singular perfil. Es un barco de 277 metros de eslora con 1.408 camarotes para 2.770 pasajeros que durante estas semanas realiza viajes de ida y vuelta entre el Reino Unido, la fachada atlántica de la península Ibérica y Canarias antes de pasar el verano surcando el Mediterráneo desde Barcelona, según señala su capitán, Bram Jacobsen. 

El atrio central está coronado por una cuidada colección de discos que va de los Sex Pistols a Beyoncé

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En esta travesía inicial lleva a 1.500 personas que, como en cualquier crucero, buscan evadirse de la vida cotidiana navegando por el universo de ensueño que les ofrece la naviera a bordo mientras visitan puertos exóticos. Sin embargo, en el 'Valiant Lady' todo es diferente, casi se podría decir que calculadamente rebelde, en un fiel reflejo de la imagen que el magnate británico se ha preocupado por labrar durante medio siglo de trayectoria profesional en los sectores más dispares.

Guitarras en las suites

Ese giro, con el que la naviera busca atraer a un perfil más joven que el habitual en el sector, está impregnado del espíritu musical que marcó los primeros años de la carrera de Branson. La música está presente en cada esquina del barco con una cuidada selección que cambia en función de los espacios: mientras Madonna marca el compás vacacional en el hall, Pet Shop Boys animan a los que toman el sol en la piscina y Lou Bega pone ritmo de mambo en la sala de juegos.

No son las únicas referencias musicales: en los salones es posible toparse con una sesión de música en directo a cualquier hora del día y los huéspedes de las suites son tratados como auténticas estrellas del rock. Las habitaciones más lujosas, que se comercializan como ‘RockStar Quarters’, están "inspiradas en los megayates y e iconos de estilo como Grace Jones", según promociona la naviera, y algunas de ellas disponen de cuatro guitarras Fender y un amplificador para que sus ocupantes hagan riffs en alta mar

Lo cierto es que estos camarotes exclusivos están concebidos como esas habitaciones de los hoteles de lujo que según el estereotipo suelen ser objeto de capricho y lugar para el desfase de las estrellas del rock. Las dos principales, ubicadas sobre el puente de mando, miden casi 200 metros cuadrados y también disponen de un gran sofá circular, una estancia adyacente con un bar, bañera con hidromasaje, revestimientos de mármol y una gran terraza privada provista de hidromasaje, tumbonas y hamacas. 

Discos y tatuajes

La música también está muy presente en la oferta de ocio. El atrio central del 'Valiant Lady', por ejemplo, está coronado por una cuidada colección de vinilos que va de los Sex Pistols a Beyoncé pasando por Abba, the Beach Boys, Etta James o Lana del Rey. En este ambiente rockero tampoco desentona el estudio de tatuajes con el que cuenta el crucero, ni el pasillo de acceso al night club The Manor, cuyos juegos de espejos y luces convierten automáticamente a quienes lo atraviesan en deslumbrantes estrellas del glam rock' 

Las diferencias en la oferta de Virgin Voyages en relación con otras navieras también llegan a la restauración, uno de los pilares fundamentales de los cruceros. En vez de grandes zonas de buffet, el Valiant Lady dispone de 20 restaurantes repartidos por varias cubiertas con propuestas gastronómicas dispares. Hay espacios para la experimentación como The Test Kitchen, cuyo espartano menú –setas, huevo, vieiras, venado, ternera, queso azul y chocolate– esconde diferentes elaboraciones de vanguardia, pero también para almuerzos divertidos como Gunbae, una barbacoa coreana en la que el chef prepara la comida mientras plantea juegos de beber para ir abriendo boca con unos chupitos. 

Las habitaciones más lujosas disponen de cuatro guitarras Fender y un amplificador para los huéspedes

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En esa variedad gastronómica, Virgin incluye todos los extremos. En la zona de popa, por ejemplo, se encuentra The Wake, un asador tradicional que ofrece una cuidada selección de carnes, y en el centro del buque se sitúa The Galley, un espacio de comidas con varios tipos de comida callejera, desde paninis hasta noodles pasando por tacos, cajas bento, ensaladas o helados. Todo, además, sin coste extra: los restaurantes están incluidos en el precio del crucero. También en esto se diferencia Virgin Voyages: aquí la barra libre es de comida, no de alcohol, cuyas consumiciones sí deben ser pagadas por los pasajeros.

La primera visita del 'Valiant Lady' fue fugaz: a las 18.00 horas de este domingo, el crucero partía del muelle Santa Catalina rumbo a Lisboa, donde tiene prevista su arribada mañana por la mañana. Las dos escalas que tenía previstas en abril se suspendieron semanas atrás por un charter privado, por lo que no hay fechas exactas para su regreso de momento. El capitán Jacobsen avanzó, en cualquier caso, que la intención de la compañía es regresar al Archipiélago a partir del próximo otoño

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