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El arzobispo de Oviedo, contra la “estrategia ideológica que demoniza la figura paterna”

Dice Sanz Montes en su carta dominical que “se pretende desplazar el orden de las cosas que se inscribe en la ley natural”

“Húerfanos de padres vivos” es el título que le ha dado el arzobispo Jesús Sanz Montes a su carta semanal. Una epístola con la que el arzobispo alerta sobre la “estrategia ideológica” bien diseñada, dice, para “demonizar culturalmente la figura paterna, hasta su exclusión más banalizadora”. Su diagnóstico es muy claro: “vivimos en una sociedad donde el padre ha quedado en preocupante medida excluido”.

En su carta de ensalce de la figura de San José, clave del cristianismo, el arzobispo clama contra “el ataque que la paternidad humana está sufriendo en este momento”, algo que dice que no es un episodio fragmentario de una batalla coyuntural, sino “que tiene mucha más envergadura y pretende desplazar el orden de las cosas que se incribe en la ley natural y en la historia de la humanidad, de las que forma parte la revelación judeocristiana y la tradición cultural y religiosa a la que pertenecemos”.

Frente a esa tradición y ley natural, sostiene el líder de la Iglesia en Asturias, hay quienes quieren “deconstruir esa historia”, dice el arzobispo, “imponiendo ideológicamente una alternativa desde un nuevo orden mundial”. Y eso, quienes lo promueven, saben que “pasa por tocar los grandes núcleos que representan la vida, la familia y la educación, y dentro ellas tres la misión que se reserva al varón y a la mujer con su vocación y misión complementaria, no rivales en una dialéctica enfrentadora”.

Pese a los intentos del arzobispo por que su reivindicaicón del papel del padre no se entienda como confrontación con el empoderamiento de la mujer, no será fácil que la carta del arzobispo encaje bien en todas las sensibilidades.

Para Jesús Sanz Montes la realidad es que “se van introduciendo en el mundo legislativo, educativo y social” las líneas de esa estrategia ideológica que busca demonizar la figura parterna “y se entrevé el horizonte que estas posturas quisieran alcanzar como meta revolucionaria”.

Advertencia contra la crisis de la maternidad

El arzobispo no marca solo la línea roja en la forma de ejercer actualmente la paternidad. También tiene palabras de advertencia para la maternidad. Sobre ambas acciones se cierne, dice, una “crisis” que lleva a lo que alguna jurista ha dado en llamar el nacimiento de los “huérfanos de padres vivos”. “Huérfanos de padres vivos es la deriva de tantos niños y jóvenes que han sido inoculados con el escepticismo más cruel hacia el amor verdadero, lapaternidad responsable y la esperanza creativa de un mundo mejorable”.

No se anda con paños calientes el arzobispo en su carta semanal y concluye que “en un mundo culturalmente parricida y eclipsador del padre, se necesitan figuras como la de San José que cuidan con discreción las vidas de María y Jesús que le fueron confiadas”. Es la suya, dice, una paternidad ejercida “como educación esmerada, no tanto poniendo en ella su pretensión” como sería, parece decir, la inercia con la que ahora se ejerce esa condenable paternidad.

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